Iker Casillas se ha convertido en carne de cañón de la prensa del corazón desde su ruptura con Sara Carbonero. Primero, fueron las supuestas infidelidades del deportista, ahora, lo siguen en cada movimiento. Molesto, ha perdido los papeles.
El exjugador del Real Madrid está cansado de que los reporteros no le dejen en paz, ni siquiera en sus vacaciones y ha estallado. Las víctimas han sido los periodistas de Socialité.
Malos modos
El programa conducido por María Patiño ha mostrado unas imágenes en las que el portero se ha acercado hacia las cámaras que lo grababan mientras estaba con sus hijos en un bar para exigirles que se detengan.
El vídeo muestra la secuencia en que el futbolista se levanta de una mesa de un bar y detecta la presencia de los reporteros. Se saca la mascarilla y les lanza una mirada desafiante. Poco después se acerca a ellos.
Momento delicado
Sin gritos pero con tono imperativo les solicita que le dejen de grabar, le importa poco que estén haciendo su trabajo e insiste en que detengan la filmación. No quiere saber nada de la prensa. Al menos, de la del corazón.
Casillas no pasa por uno de sus mejores momentos. Más allá de la separación, a principios de verano ha tenido que escuchar los descalificativos que el presidente del club merengue, Florentino Pérez, le dedica. Esto se suma por el pesar de la separación. ¿Justifica eso su actitud?