El hambre y la falta de contacto con sus seres queridos es lo que peor llevan los supervivientes. Durante la décima gala de Supervivientes, una concursante ha recibido la visita de alguien muy cercano: Melyssa se ha reencontrado con su madre, Nela, después de nueve semanas en la isla. A pesar del miedo a volar que tiene Nela, la madre de Melyssa ha hecho de tripas corazón y se ha subido al avión para visitar a su hija en Honduras.
La concursante no se esperaba esta sorpresa y menos cuando Lara Álvarez le ha dado a elegir entre comida típica portuguesa que siempre cocina su madre y una caja de la que no podía saber su contenido. Finalmente, Melyssa ha elegido esta última opción y, al destaparla, ha salido su madre.
Tierno reencuentro
Madre e hija no se despegaban. Nada más verse se han fundido en un tierno abrazo seguido de muchas lágrimas y exclamaciones como "¡qué guapa estás!" por ambas partes. "Me habéis dado la vida ahora mismo", aseguraba Melyssa agradeciendo al programa haber traído hasta allí a su madre.
"Supervivientes nos ha servido a las dos para superar nuestros miedos", decía la concursante. Y no solo lo decía por ella misma, sino también refiriéndose al malestar que le genera a su madre viajar sola. Nela no se ha despegado de su hija en ningún momento; incluso han estado juntas a la Palapa durante las nominaciones.
Más abrazos
La madre de Melyssa primero se ha encontrado con Olga a la señal de Jorge Javier, “en Cayo Paloma la vegetación cobra vida”. La superviviente se ha emocionado al verla y ha asegurado “le va a dar mucha fuerza a Melyssa porque lleva varios días decaída. Va a ser un sueño para ella”. Con respecto a la amistad de su hija y la mujer de Antonio David Flores, Olga opina que si su hija “escoge una amistad es porque algo le ve”.
Después ha tenido lugar un reencuentro muy esperado, incluso más que el de la propia madre e hija. Tom Brusse volvió a ver a su ex suegra y no se lo podía creer. “La verdad es que estoy contento de verte”, le decía el francés. Además, intentó disculparse una vez más por el daño que le había hecho a su hija pero las lágrimas no le dejaron terminar. “Quiero mucho a mi ex suegra. Siempre me ha cuidado como si fuese su hijo”, confesaba Tom. Por su parte, Nela enterraba el hacha de guerra: “Tenemos que perdonarnos y ya está”.