Cuatro días después de la polémica entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry, los efectos no dejan de sucederse. Primero fue el escándalo, luego las reacciones de la prensa y ahora la de los miembros de la Casa Real británica.
El primero en reaccionar, 48 horas después, fue el palacio de Buckingham que lanzó un comunicado a los medios de comunicación para expresar su posición. En palabras de la reina Isabel aseguraba que las declaraciones de la pareja eran “preocupantes”.
Color de piel
Lo que más afectó a la monarquía inglesa fueron las acusaciones de la actriz sobre el color de su primer hijo, Archie, ya que ella es de origen afroamericano. “Hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera", confesó a Oprah.
Muy diferente es la versión que ofrece la Familia Real quien asegura que, “si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado”. Pero si estas declaraciones eran poco claras, el príncipe William ha sido mucho más directo.
William, tajante
El duque de Cambrige está muy molesto con los mensajes lanzados por su hermano y su cuñada, especialmente, por las acusaciones de racismo, al menos así lo asegura a la prensa británica. “No somos una familia racista", sentencia.
Pese a estar en desacuerdo con esas declaraciones, el hijo mayor de Diana de Gales y Carlos de Inglaterra todavía no hablado con Harry desde que se emitiera la entrevista. "Lo hare", asegura.
Kate guarda silencio
La reacción se ha producido en el transcurso de una visita oficial a una escuela en el este de Londres para promover un programa de salud mental para niños. Cuando la prensa se ha acercado a ellos ha negado la mayor a la actriz de Suits.
Con él iba su mujer, Kate Middleton, a quien Meghan acusa de haberle hecho llorar, sin revelar las razones. A estas acusaciones, no han respondido ninguno de los dos.