El sufrimiento de la hija de Antonio Banderas por la fama de sus padres

Stella del Carmen, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, lleva toda su vida viviendo las dos caras de la fama. En una entrevista con la revista Vanity Fair, la joven ha querido hablar de cómo le ha afectado en la vida la popularidad de sus padres.

Stella sabe que formar parte de esta familia le ha dado muchas oportunidades, pero esto también ha tenido un impacto en su día a día. “Hay un nivel de intimidad y normalidad al que no creo que ni mi familia ni ninguna otra mediática pueda acceder nunca”, ha asegurado la modelo.

Seguida por paparazzis

Durante su infancia, la joven pudo tener una vida prácticamente normal, pero cuando comenzó sus estudios de la universidad se encontró con una situación muy diferente. “La primera frase que me decía todo el mundo era: ‘¿Tu padre es Antonio Banderas?’”.

La influencer también ha querido poner como ejemplo algunas de las situaciones incómodas con las que se ha encontrado. Hace unos años, la joven fue de viaje al Machu Picchu con su padre y un fotógrafo los empezó a seguir para lograr una imagen de los dos. En esa excursión, ella acabó llorando porque "se había roto la magia” de una salida familiar.

Momentos increíbles

Sin embargo, está muy feliz por la vida que tiene. "Esto no lo cuento porque yo sea una desagradecida. Sin duda, mi vida ha sido un regalo precioso y algo que jamás he tratado de dar por sentado", explicaba la modelo.

Y es que a pesar de las experiencias menos buenas, la joven ha vivido momentos increíbles gracias a la fama de sus padres. "Cuando tenía 16 años fuimos los anfitriones de un acto para recaudar fondos para la campaña del presidente Barack Obama y tuve la oportunidad de conocerlo en nuestra propia casa", ha recordado la joven.

Presión externa

Sin embargo, la modelo vive un día a día con mucho sufrimiento y ha querido lanzar una reflexión: "¿Merece la pena todo eso si al terminar el día la presión externa me vence? No podemos elegir las circunstancias en las que nacemos y no hay forma alguna de saber cómo es, realmente, la vida de otros".