Tamara Falcó está más feliz que nunca. Ya nombrada marquesa de Griñón y con nuevo novio, Íñigo Onieva, parece estar pletórica. El problema es que su madre, Isabel Preysler, no comparte esa alegría.
Varias informaciones aparecidas estos días revelan que la novia de Mario Vargas Llosa no está muy conforme con la nueva relación de su hija.
Mala prensa
La fama de juerguista de este madrileño diseñador de coches, ocho año más joven que la celebrity, incomoda a la embajadora de Porcelanosa en el mundo. Tanto es así que está contactando con sus amistades para que le den más información sobre él.
No sabemos si Tamara está al tanto de esto, lo que sí sabe es que Iñigo no es plato de buen gusto para Isabel. Así se lo habría trasladado ella misma, aunque su hija, de manera muy diplomática, ha esquivado cualquier discusión con su madre y ha desviado la atención hacia otro asunto.
Tamara, desatada
No es la primera vez que la Preysler discrepa de alguna de las relaciones de la joven, así como la de algunas parejas y decisiones de sus hijos, pero pocas veces salen a la luz. Claro que por el momento esta disconformidad parece no afectarle mucho a Falcó.
La marquesa de Griñón no sólo se ha dejado ver besando a su nuevo amor, sino que este fin de semana se la vio agarrada de la mano de Onieva a la salida de una fiesta particular. Un evento que no parecía cumplir los protocolos antiCovid. ¿Tendrá razón Isabel?