El conflicto entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja va de mal en peor. Los últimos acontecimientos que han tenido lugar en los platós de Telecinco tienen a la tonadillera postrada en la cama y medicada. Una información que ha desvelado en exclusiva el programa de AR y de la que su propia hija ha dicho: "Es el peor palo que le han dado en su vida".
Y es que desde que Kiko se sentó en el especial Cantora: la herencia envenenada, la viuda de Paquirri se encuentra atravesando uno de sus momentos más complicados. Según ha explicado el abogado de Francisco y Cayetano Rivera, Isabel podría enfrentarse a una pena de siete años de cárcel.
Un robo que nunca existió
En su paso por el programa de Telecinco, el Dj aportaba nuevas informaciones sobre el paradero de una parte de los bienes de su padre. Kiko Rivera confirmaba haber visto en Cantora, el pasado 2 de agosto, las pertenencias que desde ya hace años reclaman los hijos mayores de Paquirri. De este modo, el marido de Irene Rosales desmontaba el argumento aportado por su madre ante un juez en el que ella misma afirmaba que esos enseres ya no se encontraban en la finca porque habían sido robados.
Por su parte, el letrado de los Rivera, Joaquín Moeckel, ha señalado que, de ser verdad lo que Kiko ha contado, tan solo habría que retomar la ejecución judicial de la sentencia en la cual el juez obligó a la tonadillera a hacer entrega de esos objetos de valor a Francisco y Cayetano.
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Falsa denuncia, Apropiación indebida y desobediencia judicial
En el hipotético caso de que Isabel presentara algún tipo de resistencia o bien se negara a cumplir con lo estipulado por la justicia, se produciría una entrega forzosa con el acceso de la comitiva judicial a Cantora.
Un hecho por el que tanto Fran como Cayetano podrían demandar nuevamente a la viuda de Paquirri, a quien se le acusaría de cometer tres delitos: Falsa denuncia, apropiación indebida y desobediencia judicial. En este escenario, Isabel Pantoja podría ser condenada a seis años de prisión por apropiación indebida y a un año por desobediencia judicial.
Todo ello sin olvidar que la tonadillera ya pasó dos años entre rejas y que tiene antecedentes penales por su imputación en el caso Malaya.