El juicio de Miguel Bosé y su expareja, Nacho Palau, por la custodia de los cuatro hijos que tienen en común ya ha arrancado. En él, el cantante, ha reclamado que los pequeños no sean reconocidos como hermanos. Un hecho que choca con la voluntad del escultor.

Durante los 26 años que duró la relación, ambos decidieron tener a sus cuatro hijos mediante vientre de alquiler. Diego y Tadeo, llevan el ADN del artista, e Ivo y Telmo, el de Palau.

Discrepancias

El escultor valenciano ha explicado ante el juez y ente los medios que el único objetivo que le había llevado a enfrentarse al cantante por la vía judicial es el de solicitar que los cuatro niños tengan los mismos derechos. En consecuente, que tanto él, como Bosé, sean padres legales de todos ellos.

Bosé, en cambio, no quiere reconocer a los cuatro como hermanos, sino sólo a los dos que llevan el mismo ADN. De este modo, señalan sus abogados Palau sólo tendría potestad sobre Ivo y Telmo. En cambio, el cantante defiende que lo mejor para todos ellos es que vivan bajo el mismo techo.

Declaraciones

Con esta medida, el responsable de canciones como Morena Mía o Sevilla quiere evitar tener dependencia alguna con Palau sobre el futuro de Diego y Tadeo. Por su parte, el escultor declaró a los medios que lo único que quiere “es que estén juntos los hermanos y si es más cerquita mejor. Que los cuatro estén juntos y que se establezcan visitas".

Sin embargo, quien no se dejó captar por las cámaras fue Miguel Bosé, que viajó desde México, donde reside ahora y llegó a los juzgados en un vehículo con cristales tintados para no tener que lidiar con los periodistas.