Kiko Rivera está atravesando un duro momento, tal y como él mismo confesó durante la noche del sábado 17 de octubre a su paso por Telecinco. Y es que el artista, entre otras cosas, está sumido en una profunda depresión por culpa de tener la autoestima por los suelos.
Un testimonio que conmocionó a muchos, entre ellos su madre, Isabel Pantoja, quien no dudó en entrar por directo al programa, a través de una llamada telefónica, para dar ánimos a su hijo y mostrarle todo su apoyo.
Kiko Rivera se hace de oro
Desde que se iniciara la pandemia del coronavirus en España, Kiko Rivera está atravesando un duro bache económico. El andaluz, como dijo en su momento, ha tenido que recurrir a la ayuda de autónomos, valorada en 700 euros, y ha visto como su trabajo se ha reducido a bajo mínimos por culpa de la crisis sanitaria.
Una delicada situación financiera de la que se habría rehecho gracias a la entrevista que concedió el pasado fin de semana en Sábado Deluxe. Y es que Kiko Rivera, por reaparecer en Telecinco, hablar de las supuestas infidelidades a Irene Rosales y decir que a día de hoy podría padecer depresión se llevó cerca de 25.000 euros. Así lo confirman fuentes cercanas a la productora del programa Sábado Deluxe, según recoge el portal Informalia. ¿Qué te parece?
Kiko Rivera y el mundo de la noche
Durante su entrevista, en la que intervino su madre en directo llorando para darle ánimos, Kiko Rivera confesó que su relación con las drogas sigue siendo muy delicada. Por este motivo está intentando desvincularse del mundo de la noche, porque no le hace ningún tipo de favor. "Sigo teniendo tentaciones por las drogas y es algo que me está costando la maldita vida. Hay noches que no duermo y lo paso mal", soltó el hermano de Chabelita.
Un mundo que también le sirve para conocer a chicas, a espaldas de su mujer, y mandarse mensajes con ellas a través de las redes sociales. Esto mismo es lo que hizo a finales de diciembre del 2019 con una camarera de la discoteca Hoyo que Rivera tiene en Sevilla. "Tonteé con ella y me voy a sentir culpable de ello hasta el día que me muera", reconoció visiblemente afectado. Unas supuestas infidelidades que le sirven para subirle los ánimos y quererse un poco más, puesto que Kiko tiene la autoestima por los suelos. "He sido un gordito feliz toda mi vida y nunca me he sentido un tío atractivo", afirmó.