El que fuera uno de los protagonistas indiscutibles de la primera edición de La isla de las tentaciones continúa sometiéndose a algún que otro retoquito estético. Algo a lo que ya nos tienen acostumbrados tanto él como su chica, Fani Carbajo. En esta ocasión, Cristofer ha decidido pasar por quirófano para someterse a una otoplastía: una operación para juntar las orejas a la cara.
La pareja, que hasta hace pocos días disfrutaba de unas idílicas vacaciones en Ibiza y Formentera, ha vuelto a la capital de España y, lo primero que ha hecho, ha sido pasar por el cirujano plástico. Además, hay que mencionar que Cristofer le ha regalado a Fani un BMW 320, del año 2016, con 190 caballos, en rojo pasión y detalles en negro cromado, de lo más hortera. Un regalo ideal para no pasar desapercibido y cuyo valor asciende a 20.490 euros.
Visita al cirujano
El autor de uno de los gritos más repetidos (“Estefaníaaaa”) de los últimos tiempos en este país, venía sufriendo un trauma en silencio por tener las denominadas orejas de soplillo. Un mal común, pero al que ha decidido poner arreglo mediante una sencilla operación que no requiere de hospitalización posterior. Él mismo era el encargado de dar la noticia a través del canal de Mtmad, algo a lo que Fani añadía que su novio se había operado las orejas porque le había dado la gana. Chica, no nos cabe duda.
Así pues, Cristofer ponía fin a un complejo que venía sufriendo en silencio y que ya forma parte del listado de arreglos a los que el joven chileno se ha sometido: bolsas de los ojos, tratamiento antiojeras y ácido hialurónico en el resto de la cara.
Pinchazos a muy buen precio
Pero este no ha sido el único famoso que en la última semana nos ha sorprendido con sus visitas para arreglar imperfecciones. La mujer de Kiko Rivera, Irene Rosales; Isabel Rábago, y la misma Fani son muchos de los personajes que han recurrido recientemente a un cirujano para verse más guapos. Y si no que se lo digan a la Patiño, que reconoce que se pincha entera porque le encanta.
Una costumbre ya un tanto antigua, pero a la que ahora las celebrities le sacan mucho rendimiento. Si antes la cuestión era operarse, sembrar la duda y que nadie lo supiera, ahora se trata de todo lo contrario: retocarse y que se entere todo el mundo. La razón no deja de ser un contrato de publicidad con las clínicas de estética, a cambio de hacer muestra de los buenos resultados obtenidos y por los que el arreglito sale gratuito.