Muchos son los famosos que recurren a la cirugía estética para verse mejor que nunca. Uno de ellos es Diego Matamoros, quien el lunes 25 de mayo, a primera hora de la mañana, ha ingresado en el hospital para hacerse un nuevo y carísimo retoque.
Una operación de la que ya habló en su día, pero que, debido a la crisis del coronavirus, no ha podido hacer realidad hasta día de hoy gracias a que Madrid, tras mucho tiempo de espera, ha conseguido pasar a la tan ansiada fase uno de la desescalada. ¿Qué se ha hecho?
La operación de Diego Matamoros
El pasado 11 de mayo, el hijo del colaborador de Sálvame, a través de su canal de vídeos de Mtmad, 'Borré Cassette', confesó todas las intervenciones que se había hecho para transformar su imagen. Entre ellas, dos tratamientos faciales y eliminarse las líneas de expresión de la frente. Además afirmó que, en cuanto pudiera, pasaría de nuevo por el quirófano para someterse a una "liposucción de alta definición" para definir la zona del abdomen.
Una operación valorada en más de 4.500 euros y que por fin ha hecho realidad. Así lo ha demostrado en sus redes sociales, donde ha compartido una imagen en la que aparece tumbado en una camilla del hospital, instantes antes de empezar con al cirugía. "Empezamos fase 1" ha escrito Diego Matamoros. Una intervención con la que pone su cuerpo a punto de caras a la temporada estival, para lucir unos abdominales de infarto. ¿Le gustará el resultado a Estela Grande?
El motivo de la operación de Diego Matamoros
Tal y como contó en su canal de vídeos, la razón que ha llevado a Diego a pasar por el quirófano es porque, con el paso de los años, se ha "dejado mucho". Tanto, explica él mismo, que "se me ha quedado en la parte inferior una capa de grasa que no consigo bajar". Por este motivo, ha optado por ponerse en manos de los cirujanos para terminar de una vez por todas con su gran pesadilla.
Eso sí, antes de ingresar en el hospital, y por eso de darse un último homenaje, Diego se ha puesto las botas y se ha comido una enorme pizza repleta de queso. Un manjar, tal y como ha presumido en sus redes sociales, que ha rematado con un helado tamaño familiar. Dos caprichos, llenos de calorías, que seguro no podrá comer de ahora en adelante si quiere mantener a raya sus carísimos abdominales. ¿Será capaz de hacerlo? ¿O dentro de unos años se volverá a operar de lo mismo?