Treinta y seis días, que se dice pronto, son los que Lydia Lozano ha estado encerrada en su casa sin salir a la calle, ni siquiera para pasear al perro. Un aislamiento, debido al coronavirus, que se le ha hecho muy duro.
Sin embargo, para suerte suya, la canaria ya ha visto la luz al final del túnel porque, después de mucho desearlo, por fin ha vuelto a pisar el plató de Sálvame y a reencontrarse, entre lágrimas, con algunos de sus compañeros. ¿Qué te parece?
Lydia Lozano vuelve a la carga
Cuando pasaban pocos minutos de las cuatro de la tarde del miércoles 15 de abril, Lydia Lozano, luciendo sus mejores galas, pisaba nuevamente la calle, después de mucho tiempo encerrada en su casa. Una vuelta a la rutina que aspira a convertirse en el evento por excelencia del año. Y es que el regreso a la televisión de la canaria, ha llamado la atención de muchos curiosos, quienes se han acercado hasta su domicilio para ver como se reincorporaba a su rutina.
Luciendo un pantalón negro, a conjunto con una blusa de tirantes negra y una americana muy floreada en tonos verdes y azules, Lozano ha salido triunfal de la puerta de su domicilio de Madrid. Acto seguido, y después de atender a los medios allí congregados, entre ellos su compañero de programa, el reportero Kike Calleja, la de Mediaset se ha montado en su coche, un Hyundai Tucson de color blanco, y se ha dirigido hasta los estudios de Fuencarral. Un viaje que ha sido grabado por las cámaras de Sálvame, para no perderse ni un segundo de la vuelta a la rutina de Lili, tal y como la llaman sus compañeros.
Así ha sido el encierro de Lydia Lozano
Nada más pisar el plató de Sálvame, con la mascarilla aún puesta y los guantes de látex blancos también, la periodista no ha podido ocultar su tremenda felicidad. Tanto es así, que se ha puesto a chillar y a saludar a todos, esto sí, desde la distancia. Acto seguido, le han puesto la canción Proud Mary, de la cantante Tina Turner, para que moviera el esqueleto con su mítico chuminero.
Una vez sentada en el sofá, Lydia Lozano, entre lágrimas, ha contado que ha sido muy duro estar encerrada en casa porque ha perdido a tres personas muy importantes para ella. Además, ha confesado que la convivencia con Charly, su marido, pese a las discusiones que han tenido, ha sido bastante buena. Eso sí, la canaria ha dicho que se ha tenido que poner cada día una hora tope para ir a la cama porque, entre las series y los libros, cada día se le hacían las mil y su casa no es un "after hours". Aunque, una vez se acostaba, dormía del tirón y mejor que nunca. Ahora que Lydia Lozano ha recuperado su ansiada normalidad, pese a la crisis, ¿montará una de sus fiestas en casa para celebrar que ha vuelto al trabajo? ¿O se esperará a que termine el estado de alarma?