Los mejores consejos para los que se animan a hacer el Camino de Santiago
Si nunca se ha emprendido antes este espiritual recorrido, no vendrán nada mal estas recomendaciones
13 julio, 2021 21:21Es una de esas cosas que al menos uno quiere hacer una vez en su vida: recorrer el Camino de Santiago, o al menos hacer parte de la ruta para convertirse en un de los miles de peregrinos que cada año llegan a Santiago de Compostela después de hacer un recorrido que significa algo más que sumar kilómetros.
Sin embargo, esa ilusión o ese espíritu no debe hacer olvidar que se trata de una larga distancia que llevará algunos días, por lo que hay que estar preparado tanto física como mentalmente. Por ello, nada como estos consejos sobre todo para aquellos que deciden llegar a la capital gallega a pie.
Lo primero, planificación
En España se contabilizan cerca de 49 rutas que forman parte del Camino de Santiago que suponen cerca de 15.000 kilómetros y como es lógico no se van a recorrer todos. Por eso, lo más importante es planificar antes de atarse las botas qué camino se va a seguir, cuántos kilómetros se recorrerán y el tiempo necesario para ello (en base también a las posibilidades de cada uno). Normalmente, la práctica totalidad de los peregrinos suelen escoger el camino francés ya que se encuentrar mejor preparado en cuanto a infraestructuras y hacer los 100 últimos kilómetros.
Con esto claro, uno debe medir sus fuerzas y planificar cuánto tardará si cada día hace de 20 a 30 kilómetros. Es una media, pero cada persona sabrá hasta donde llegan sus posibilidades. Aparte, el Camino de Santiago no es una competición ni se trata de llegar el primero sino de ir disfrutando del recorrido, del paisaje, del turismo y de la compañía. Así pues, no viene mal no tener una agenda demasiado apretada en la ruta.
Cuestiones logísticas
Si ya uno sabe qué recorrido seguirá y los kilómetros que andará cada día, en base a eso puede calcular el presupuesto que se gastará en estas vacaciones un tanto diferentes. La media está, pensando que uno dormirá en los albergues habilitados por todo el Camino de Santiago, en unos 30 euros diarios que sobre todo se irán en el tema de comida.
¿Y para dormir? Se puede escoger entre los albergues donde uno paga libremente lo que quiera, los públicos y los privados que suelen rondar los 10 euros por cama y noche. Eso sí, no hay que olvidar que si se hace el Camino de Santiago en pleno verano puede que haya demasiada gente y uno se encuentre con que no tiene una litera libre para conciliar el sueño esa noche. Una buena salida es tener reservado al menos algún que otro albergue privado por si esto ocurre.
Cuidado con el peso
Todo el mundo sabe que no se va a un resort de vacaciones y que por tanto no va a llevar una maleta que pese una tonelada. La única compañera durante tantos y tantos kilómetros será una mochila, que lo mejor es que sea ergonómica y que quede bien sujeta tanto a la espalda como a la cintura.
Un espacio para guadar un equipaje que no excederá de unos 10 kilogramos aproximadamente: un par de pantalones cortos y uno largo, ropa interior (poca, ya que se puede lavar), dos o tres camisetas de algodón, tres pares de calcetines (de algodón y sin costuras), un forro polar ligero por si algún día refresca, un chubasquero que no ocupe apenas espacio, una gorra, gafas sol y protección solar. Además, es importante llevar un botiquín básico, cantimplora, saco de dormir y la documentación necesaria.
Preparación física
Hacer esta ruta tan especial no conlleva entrenarse como si uno fuese a disputar unas Olimpiadas, pero no está de más prepararse unos meses antes y andar cada día un poco más, con ritmo y algo de peso para ir acostumbrando al cuerpo. Una preparación en la que es esencial, sobre todo cuando ya se está en marcha rumbo a Santiago de Compostela, calentar antes de empezar y estirar cuando uno termina la jornada y llega al albergue a descansar.
Una buena forma física de la que dependerá también el calzado que se use en este camino. El mejor consejo es optar por unas botas de trekking o de montaña, pero que no sean nuevas para que no produzcan ampollas o rocen, que se ajusten al tobillo pero sin que aprieten demasiado y que tengan la suela dura a ser posible. Y atención importante a los pies: llevar siempre los calcetines secos (cambiarlos si se suda demasiado), airearlos en las paradas, ponerles vaselina por la noche e incluso masajearlos con una pelota de tenis puede ser un alivio en este largo camino.
¿Y la parte mental?
A la hora de hacer el Camino de Santiago, tan importante es cuidar de la forma física como hacerlo de la parte mental. La planificación por etapas antes descrita es esencial para disfrutar de la experiencia sin que uno llegue a obsesionarse por cumplir etapas y alcanzar la meta. Lo mejor para la mente es contemplar todo lo que uno observa alrededor a medida que da pasos y tomarse ese tiempo para relajarse y conectar con uno mismo.
Un trazado a pie donde son esenciales hacer las paradas pertinentes, pero sin esperar a estar demasiado cansados o superados por el esfuerzo. Y es que si hacer el Camino de Santiago se convierte en un suplicio y deja de ser algo placentero, eso se notará a cada paso que uno vaya dando. Y en esto también influye hacer un descanso adecuado cada día e incluso, si es necesario, parar un día entero para no solo relajar las piernas; coger impulso a nivel mental para seguir con más ganas hacia Santiago de Compostela.