Ya le pasó a Trump, aunque con cierta maldad, cuando puso imágenes de la verja de Melilla para hablar de México. Parece que los encargados de comunicación están obsesionados con España para hacer referencia a otros sitios. No es de extrañar tampoco. La belleza de nuestras ciudades enamora.
El nuevo fallo, algo más inocente y que no tiene serias repercusiones, le ha pasado a una marca de moda. Lo curioso es que es española. Lo que tiene más delito.
Un grave error
Springfield ha lanzado para este verano unas camisetas con el nombre de la isla griega de Santorini. Hasta aquí todo bien. El problema es que va con el diseño de lo que supuestamente es la isla griega y, en realidad, recuerda más a la catedral de Cádiz.
Si bien puede ser casualidad, si uno compara la foto del templo gaditano y la camiseta, las similitudes son más que evidentes. Internet va lleno de comentarios sobre este error. Los internautas no dan crédito.
Sea como seo, desde aquí, entendemos a los que se han confundido con el diseño de la camiseta. Sobre todo, porque conocer esa catedral es enamorarse de ella. Su belleza impacta y se queda grabada en la memoria y, claro, eso ha de salir por algún lado. En este caso, en una camiseta con el nombre de Santorini.
Para los que no hayan ido a Cádiz y no sepan por qué es tan especial su catedral, queremos ofrecer algunos datos que muestras su excepcionalidad. Aunque las palabras nunca son suficientes para describir los monumentos, haremos lo que podremos.
Cómo es la catedral de Cádiz
La Catedral de Cádiz, conocida por los locales como la Catedral Nueva en contraste con la Catedral Vieja, fue construida en el siglo XVI sobre los restos de una antigua catedral gótica, encargada por Alfonso X El Sabio, pero fue destruida e incendiada. Fue Cristóbal de Rojas, ingeniero militar, y Ginés Martín de Aranda, maestro mayor del obispado, los que decidieron construir una nueva en base a esa, pero de un estilo manierista de orden toscano.
La idea cuajó y la catedral fue consagrada el 15 de junio de 1602 y se enriqueció durante todo el siglo XVII con diversas capillas, retablos y portadas de mármol. Prueba de ello es que en la actualidad esta catedral cuenta con un total de 16 capillas distintas dedicadas a varios santos y vírgenes diferente.
A eso se le añaden las obras de la nueva catedral que comenzaron en 1722, cuando Cádiz se convirtió en el puerto de las Américas y decidieron hacer algo más majestuoso. Las reformas se le encargaron al arquitecto Vicente Acero, pero a lo largo de los siguientes 116 años que duró su ejecución, pasaron otros cinco arquitectos más. El último, Juan Daura, concluyó la obra en 1838.
Todo ello, le da una imagen única a la Santa Cruz sobre el Mar o sobre las Aguas, como también se conoce a la iglesia. En sus paredes, columnas, coros y capillas se reflejan la evolución de estilos, comenzando en el barroco y terminando en el neoclásico.
La fachada
La fachada principal, por ejemplo, es un testimonio de la grandiosidad del barroco, con su dinamismo y formas cóncavas y convexas. Destacan los tres pórticos, en especial el central, adornado con columnas corintias y esculturas de los santos patronos San Germán y San Servando. La fachada culmina con un gran arco y una escultura del Divino Salvador en mármol de Carrara.
Las portadas laterales, con complejos frontones y flanqueadas por torres octogonales, complementan la majestuosidad de la fachada principal. Las cubiertas interiores, con bóvedas decoradas profusamente, y la cúpula semiesférica sobre el crucero, recubierta de cerámica amarilla, añaden un toque distintivo al conjunto arquitectónico.
La Torre del Reloj y el Coro
Otro de los elementos más emblemáticos de la catedral es la Torre del Reloj, desde la cual se puede disfrutar de vistas panorámicas de Cádiz y el océano Atlántico. Esta torre, añadida a mediados del siglo XIX y de estilo neoclásico, alberga un reloj histórico restaurado recientemente, permitiendo a los visitantes apreciar su intricada mecánica e historia. Y es que aún hay rastros barrocos.
Por último coro de la catedral, destinado al rezo del Oficio Divino por los miembros capitulares, es un conjunto extraordinario de historia y arte. La sillería alta, procedente de la Cartuja de las Cuevas de Sevilla, y la baja, una obra posterior, exhiben una rica imaginería creada por artistas como Agustín de Perea. En cualquier caso, los trabajos de ebanistería son de unos detalles que uno piensa en todo el trabajo que hubo detrás. Claro que, nada de eso queda reflejado en una camiseta que pone Santorini.