Hay castillos que son atractivos por su historia, otros por su buen estado y otros por las vistas que tienen. El castillo de Castellcir es diferente. Poco importa la construcción, las vistas desde sus ruinas no son del todo espectaculares, su ubicación es lo que lo hace tan especial.
En medio de las montañas del Moianès se erige esta fortaleza milenaria que sobrevive como puede no sobre una montaña ni una colina, más bien sobre una roca. Pero allí no se queda la historia. Esta formación rocosa tiene una forma más que especial. Parece, directamente, un barco.
Un castillo sobre un barco
A pesar de sus más de mil años de historias y de que ha sobrevivido a todo tipo de guerras que han azotado Cataluña, el lugar le ha dado la fama. Y el sobrenombre. Se conoce como el castillo de popa.
Antes era muy claro. 570 metros cuadrados repartidos en una fortaleza de dos plantas dejaban ver esta fortificación desde lejos. Ahora, las ruinas aparecen casi como la cabina del capitán del barco.
Historia del castillo
La primera referencia al castillo de Castellcir es de 1014, hace ya 110 años. No tenía este nombre, sino el de Castell de Tenes, pero desde que arrancara el siglo XI se quedó con este nombre. Pronto se fundaría la dinastía Castellcir que incluso tuvieron su iglesia de Sant Andreu.
La casa empezó a coger fuerza y se enfrentó a no pocas familias a lo lardo de los siglos, entre ellos los Centelles que en 1337 se hicieron con él. Años más tarde, venderían la propiedad a los Planella, quien ya poseían el castillo de Montbui. Ellos, junto a los masovers, conservarían la fortificación en buen estado hasta principios del siglo XX.
De castillo a granja
A principios del siglo, ya las dependencias del castillo tenían establos, pajares y corrales y poco a poco se fue dejando. Poco queda de sus paredes, pero lo suficiente para dejar admirados a todo aquel que se le acerca.
Pocas veces se puede ver un castillo de estas dimensiones, son 100 metros de largo pero sólo siete de ancho, sobre una roca. Y menos sobre una roca con forma de barco. Un barco en medio de un bosque.
Ruta a pie a un bien de interés cultural
No es de extrañar que sea considerado un monumento y Bien de Interés Cultural nacional. Se trata de un tesoro que, a pesar de apenas tener cimientos, todavía se puede disfrutar y mucho. Hasta hay una ruta para acceder a él a pie.
El trayecto es de unos nueve kilómetros y se tarda en ir y volver unas cuatro horas. Un poco más si uno se entretiene en las pocas dependencias que quedan. Además, desde la plaza Abat Escarrer de Castellcir, todo el camino está perfectamente señalizado, los caminos de tierra son anchos y la dificultad para recorrerlo escasa.
Cómo llegar
Esta joya arquitectónica, mucho más impresionante por la naturaleza en la que se eleva que por su construcción en sí, es una joya única en Cataluña. Y está a tan solo una hora en coche de Barcelona.
Hay dos opciones para llegar hasta allí. Tomar la C-17 hasta Els Hostalets de Balanyà y volver un poco para atrás por la C-1413b hasta Castellcir o bien, ir por la C-57 hasta el desvío a Sant Quirze Safaja por la BV-1341 hasta Castellcir.