Así es el centenario restaurante de 'xuixos' en Cataluña: receta familiar única
Un establecimiento de Barcelona se lleva al título al mejor chucho de la ciudad, pero en Girona hay una empresa que lleva un siglo dedicada a este dulce
11 marzo, 2024 19:00Noticias relacionadas
El Concurs Mundial del Xuixo 2024, celebrada en l'Escala (Girona) ha premiado a una pastelería de Barcelona como la mejor en elaborar este dulce. Se trata de la Pastisseria Triomf, ubicada en el barrio del Poblenou, con los que Hule y Mantel ha podido hablar.
Este establecimiento, que se encuentra en el número 41 de la Rambla del Poblenou, ha sido elegido "por la perfección de su producto". Su elaboración y sabor conquistaron a un jurado experto en la materia.
Qué es un chucho
Para quien no sepa que es un chucho, o xuixo en catalán, es un pastel típico de Girona consistente en una masa fina de forma cilíndrica rellena de crema, frita y azucarada por fuera. La primera vez que se produjo fue durante la década de 1920, cuando un repostero francés enseñó al pastelero Emili Puig a elaborar un pastel que denominaba chou à la crème, que sirvió de inspiración para hacer el xuixo gerundense.
A lo largo del siglo XX se fue popularizando en Cataluña e incluso ha llegado a algunas pastelerías del resto de España. Aunque en la receta clásica el dulce lleva crema por dentro, hay otras versiones, como chuchos rellenos de chocolate o incluso dulce de leche, variaciones poco aceptadas por los más puristas.
La tradición se queda en Girona
A pesar de estos cambios, la tradición se quedó arraigada en Girona. A pesar de que se extendiera por toda Cataluña, su fama fue cuesta abajo, pero una empresa de la ciudad se mantuvo firme en su apuesta por este producto local.
Especializada en la elaboración de chuchos, Can Castelló es un negocio familiar de Girona con 125 años de historia y que se ha erigido en varias ocasiones con el título del mejor chucho del mundo y en referente del sector. ¿Una churrería? No, es algo más.
Obrador histórico
Julià Castelló y Pilar Camps están al frente de un obrador abierto por primera vez en el siglo XIX y que todavía hoy se mantiene en pie. ¿Su secreto? Los chuchos. La receta de esta familia es como la de la Coca-Cola tan secreta como modelo de éxito.
La base de todo no es la visión económica de un gurú, sino apostar por aquello que saben hacer. Y saben hacerlo muy bien. Más de un siglo los avalan a ellos y a todos sus antepasados.
Chucho clásico
La especialidad de la casa es el chucho tradicional, el de cabello de ángel. Pero los hacen de todo tipo. La última creación es el chucho de quinta gama, una manera de referirse a un alimento que se consume de forma inmediata.
Pero si hay una joya que los hace especiales es el chucho de ratafía, un licor típicamente catalán que se fusiona a las mil maravillas con este bollo tradicional. Catalanidad 100%.
La importancia de la materia prima
Pero más allá de las innovaciones, la clave de su éxito es ser fiel a la tradición. En segundo lugar, apostar por el producto estrella. Por último, asegurar los mejores ingredientes, que en su caso son aquellos que tienen a tiro de piedra.
El producto de proximidad está en la base del mejor chucho. La harina y las manzanas salen de Girona, los huevos, del Pla de l'Estany y la leche fresca del Baix Empordà. Con esta base, poco puede salir mal.
Éxito compartido
Pero no seamos injustos. Más allá de unos ingredientes extraordinarios, la receta familiar está detrás de su éxito. Un triunfo que les ha llevado a ser reconocidos internacionalmente y que, ahora, 125 años después les ha llevado a tener su propio obrador. Un establecimiento dedicado única y exclusivamente al chucho.
La inversión no es menor, pero su fama les precede y deben abastecer a todos sus clientes. Recientemente, se tuvieron que mudar fuera de la capital y ubicarse en un local de 500 metros cuadrados del Polígono Industrial La Farga de Banyoles.