Barcino sale a la luz en cualquier rincón de la ciudad. Que se lo digan sino a los del mercado del Born que cuando iban a reconstruirlo tuvieron que detener las obras por aparecer el yacimiento romano. Pero hay otros vestigios más ocultos.
El casco antiguo de la ciudad no es sólo un lugar de calles estrechas, llenas de tiendas para turistas. Las paredes respiran historia y, si uno se asoma en algunos interiores de edificios puede encontrar de todo, incluso un templo dedicado a Augusto.
Un templo previo a Barcino
El número 10 de la calle Paradís de Barcelona es el lugar donde se esconde ese trozo de historia con conexiones modernistas. Pero antes de abrir más melones, empecemos por el principio.
Antes de la constitución oficial de Barcino en el año 15 a.C., los romanos se asentaron en el monte Táber. Allí, con el permiso del cesar Augusto, fundaron, con su consentimiento, una colonia en su nombre, la Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino. Poco a poco, el enclave fue creciendo hasta fundarse la ciudad.
El descubrimiento
El monte Táber se convirtió en el epicentro de la ciudad y allí se erigió un enorme templo en honor a Augusto. Un templo que se fue degradando con el paso del tiempo y del que ahora solo se pueden ver unas enormes columnas en el barrio gótico.
Estos restos, en cambio, no fueron descubiertos hasta principios del siglo XIX, 1830. El derribo de unos edificios de la calle Paradís las hicieron salir a la luz. El hallazgo sorprendió a propios y extraños. La Junta de Comercio, responsable de las obras, quiso confirmar si lo que veían era cierto y llamaron a un famoso arquitecto.
Conexión modernista
Josep Puig i Cadafalch, el artífice de la famosa Casa de les Punxes o la Casa Ametller, fue el responsable de redactar la memoria y estudio sobre estos restos. El nivel de precisión de los textos no deja lugar a duda.
El referente del modernismo catalán dio fe de que el estilo pertenece a la arquitectura romana. Las columnas, de nueve metros de altura, son de orden compuesto y corresponden a uno de los ángulos posteriores del edificio. Los siguientes estudios han dado pie a más.
Características del templo
El templo hexastilo dedicado a Augusto data del siglo I a.C, y medía 37 metros de largo y 17 de ancho. En el espacio frontal había seis columnas. En total eran once columnas las que flanqueaban la construcción, elevada en un podio de otros tres metros.
A pesar de que el estudio dejaba claro que estaban delante de una joya arquitectónica de un valor incalculable, las obras previstas siguieron adelante. Antoni Cellers hizo erigir el edificio que tenía previsto, conservó las siete columnas halladas: cinco en el lateral y dos en la trasera (una común en la esquina).
Cómo y cuándo verlo
Fue el propio Puig i Cadafalch el que se encargó de la restauración de las columnas, que ahora lucen en la calle Paradís y que, hasta hace unos años, podían ver todos los que se acercaran allí. Estos restos del templo fueron declarados bien de interés cultural y ahora forman parte del museo de historia de Barcelona (MUHBA).
El acceso es gratuito, pero el horario de visitas está restringido los lunes de 10 a 14 h, de martes a sábado de 10 a 19 h y domingos de 10 a 20 h. Llegar hasta allí es fácil. Las paradas de metro más cercanas son las de Liceu y Jaume I.