El mercado inmobiliario está muy complicado. Las grandes ciudades están colapsadas. Barcelona y San Sebastián vuelven a liderar las listas de localidades donde los precios son más elevados, de alquiler y de compra, respectivamente. Pero hay un municipio catalán que supera a la capital de Cataluña.
Si bien los alquileres de la ciudad condal son desorbitados, para la compra se queda atrás. Hay otro punto de la geografía catalana que es aún más cara. Un título en el que parece estar consolidada.
La ciudad más cara
Lo que en su día era un lugar donde se guardaba el grano y luego zona de veraneo de los vecinos ricos de Barcelona, se ha convertido en la ciudad más cara para comprar una vivienda en toda Cataluña. Hablamos de Sitges.
Los últimos datos recogidos por el Idealista, correspondientes al último trimestre de 2023, habla por sí solo. El precio medio de la vivienda en esta ciudad es de 705.000 euros, casi el doble que en Barcelona, donde el coste promedio se queda en 382.446 euros. Incluso Castelldefels, es más cara, 613.125 euros.
¿Tan cara?
Con estos datos, Sitges sube en el ránking y se convierte en la séptima ciudad más cara de toda España. Claro que está muy lejos del top español, sobre todo de la localidad más cara de todo el país, Benahavís (Málaga), donde los precios alcanzan los 2,21 millones de euros. Tras ella, les siguen Calvià (1,67 millones), Marbella (1,49 millones) y Sotogrande (1,14 millones).
¿Qué tiene de especial Sitges? Todo eso y mucho más. Más de 320 días de sol al año, unas playas increíbles, joyas arquitectónicas, rica gastronomía, museos y hasta pequeños palacios. ¿Se puede pedir más? Háganlo que puede cumplirlo. No en vano, el pintor Santiago Rusiñol cayó rendido ante sus encantos en 1891. Y no son pocos.
Patrimonio y fiesta
Para empezar, está la mítica iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla con la torre de su campanario, originaria del siglo XVII, aunque reconstruida posteriormente. Su arquitectura y su ubicación, en un pequeño acantilado la han convertido en Monumento Histórico-Artístico desde 1962.
Pero hay mucho más. Su cementerio es uno de los más bonitos situados de Cataluña, situado frente al mar, tiene unas vistas increíbles y se encuentra entre dos de sus calas más conocidas: Sant Sebastià y Balmins, una de las primeras playas nudistas del territorio y que es conocida como La caleta. Y es que Sitges siempre ha sido sinónimo de libertad.
Arquitectura
Por las estrechas calles del casco antiguo donde ahora se encuentra el epicentro comercial de la ciudad, se pasean millones de visitantes y turistas todo el año, pero sobre todo en Carnaval, uno de los más famosos de Cataluña. Eso sin contar con la conocida como Calle del Pecado, donde se concentran algunos de los mejores clubs nocturnos de la ciudad, entre ellos, el que vio nacer a Pachá.
Un recorrido por el centro y el paseo marítimo también permite descubrir joyas arquitectónicas modernistas y de todos los tiempos. El palacio Maricel y su museo, antes un antiguo hospital con vistas al mar, son el ejemplo más claro, pero hay más. En la calle isla de Cuba se erigen casas de estilo colonial y modernista, fruto de la llegada de los indianos que se fueron instalando en el municipio como en la actualidad lo hacen los jugadores del FC Barcelona, aunque ellos construyen sus casas en algunas de las urbanizaciones más exclusivas en torno a la localidad. Es el caso de Jose Mari Bakero, Memphis Depay y Sergiño Dest, entre otros.
Cómo llegar a una ciudad de cine
Destacar que Sitges es la ciudad que vio nacer el primer chiringuito de España en la playa de la Ribera. También ha sido referente de las libertades LGTBI, donde las personas de este colectivo se han sentido más libres a la hora de expresar su amor cuando no era tan fácil hacerlo en España. Y, por último, es la sede del Festival Internacional de Cine de Cataluña. Por allí han pasado estrellas internacionales de la talla de Guillermo del Toro o Quentin Tarantino, sólo por mencionar a un par de famosos. Pero también ha sido lugar de residencia de futbolistas del Barça como Leo Messi y de famosos como Antonio Orozco.
Todo ello está accesible en transporte público. Los trenes de Rodalies tiene parada allí. Y si uno prefiere ir en coche ya no hace falta que opte por la mítica carretera del Garraf, con decenas de curvas, la C-32 es el camino más recto para llegar desde Barcelona. Queda a media hora.