El cambio climático causa estragos. Los paisajes empiezan a modificarse, cuando no a desaparecer. El verde de los prados de La Cerdanya empieza a ser marrón, cada vez durante más tiempo, las playas del Maresme desaparecen, el paseo marítimo de Calafell se achica porque el mar gana cada vez más terreno. Y en el Pirineo hay lugares que ya no son lo que eran.
Ante esta situación, nada mejor que optar por una escapada que, directamente, está en peligro de extinción, se trata de una ruta que recorre varios lagos glaciares. Lagos y glaciares que, con el calentamiento global, pueden desaparecer en cualquier momento.
Una ruta única
El paseo recorre siete lagos, ubicados en la comarca de la Vall d'Aran, que se han formado a lo largo de millones de años debido a la erosión del hielo de las épocas glaciares. Sin embargo, las subidas de temperatura asociadas al cambio climático amenazan con desvanecer este magnífico paisaje.
Todo arranca en la parada de taxis de la Montanheta, allí hay un cartel que invita a seguir una ruta que se extiende por aproximadamente 5,7 kilómetros, alcanzando los 3.000 metros de altura y que lleva alrededor de cinco horas completar. El desafío de la ruta se intensifica con un desnivel de 360 metros y una dificultad catalogada como alta.
Los lagos
El esfuerzo se ve recompensado a medida que los visitantes se aventuran en este camino. Muy pronto se encuentran con el Estanh dera Lòssa, el primero de los siete lagos que conforman este itinerario. Tras él llegan el Estanh Mòrt y el Estanh des Garguilhs de Jos, conectados por pequeños canales que dan vida a este espectáculo natural.
Tras rodear este último lago, hay un sendero que parece anunciar el camino de bajada, pero rápidamente remonta hasta el Estanh des Cabidornats y Estanh Long. Al seguir el sendero del collado Còth de Clòto, se llega al Estanh Còth de Baish. A partir de allí, sí, empieza el camino de vuelta.
¿Hasta cuándo?
La belleza de todo este recorrido es espectacular. La amenaza que se cierne sobre estos lagos glaciares es real. Por ahora se mantienen allí hasta 50 lagos de estas características, pero podrían perder su esplendor debido al derretimiento de los glaciares.
Los expertos advierten que la subida de las temperaturas puede alterar drásticamente este frágil ecosistema. La flora y fauna adaptadas a las condiciones actuales podrían desaparecer, afectando a toda la cadena alimentaria en la región.
Cómo llegar
Este paraíso natural, que ha resistido el paso de millones de años, requiere la atención y cuidado de todos. La conciencia sobre la fragilidad de estos ecosistemas y la urgencia de abordar el cambio climático se convierten en llamados vitales para preservar esta y tantas rutas que pueden cambiar por completo y desaparecer.
Para los que no quieran perderse este espectáculo de la naturaleza, informar que no es difícil llegar hasta allí, sólo que está lejos. Se tarda hasta más de tres horas por la N-230 en función de dónde se parta.