Los apasionados de la astronomía están de enhorabuena. A pesar de que las lágrimas de San Lorenzo son las más conocidas, en diciembre llega la otra cita importante para los amantes del universo, las Gemínidas, una lluvia de estrellas que este año prometen.

Las condiciones meteorológicas previstas para la noche del 14 al 15 de diciembre, cuando se produce este fenómeno, son ideales. Una de las principales razones es que, se prevén cielos despejados en la mayor parte de Cataluña por estas fiestas y, además, el 13 de diciembre arranca la fase de Luna nueva, por lo que la oscuridad en el cielo las hará más visibles.

Cuándo ver las Gemínidas 2023: Día y horas 

Las Gemínidas tienen una tasa de actividad por encima de los 120 meteoros por hora y una velocidad de 35 kilómetros por segundo durante varios días, lo que las convierte en una de las lluvias más activas del año, junto a las Cuadrántidas de enero y las citadas Perseidas de agosto.

Para observadores a una latitud como la de España, 40º norte, el radiante de las Gemínidas se sitúa por encima del horizonte desde una hora después del anochecer hasta el amanecer. La máxima actividad de la lluvia de meteoros se espera que tenga lugar entre los días 14 y 15 de diciembre

Dónde podrás verlas mejor en Cataluña

Más allá de eso, las zonas ideales para verlas son aquellas con menor contaminación lumínica, aunque los astrónomos no descartan que los mayores bólidos puedan llegar a verse desde los balcones de grandes urbes.

De todos modos, lo ideal es verlos en algún punto elevado, lejos de grandes focos de luz. En Barcelona, uno de los lugares favoritos para ello es Collserola, aunque si no quieres ni coger el metro, puedes darte un paseo hasta la montaña de Montjuic.

Barcelona

Pero en la provincia hay otros espacios. En el mismo parque natural que llega a Barcelona, se encuentra en la Baix Llobregat, entre Sant Feliu y Molins de Rei, Santa Creu d'Olorda.

Más alejado de la capital catalana está otro rincón perfecto para ir en cualquier época del año. Se trata del Turó de l'Home, en pleno Parque Natural de Montseny. Lejos de las luces de la ciudad.

Lleida

Obviamente con los Pirineos al lado esta provincia se convierte en un paraíso para el avistamiento de estrellas. Un lugar icónico es el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. A más de 2.000 metros de altura, entre lagos y animales, todo se ve mejor.

Pero a veces no hace falta irse tan arriba. A pocos kilómetros de Lleida y casi en frontera con Aragón está la sierra del Montsec que cuenta, además, con un parque astronómico. Poco más se puede pedir.

Girona

Más allá de las montañas y grandes picos también se puede observar el cielo en su inmensidad con los pies en remojo. La Costa Brava cuenta con diversas calas ocultas, alejadas del ruido y la civilización y con acceso por el camí de Ronda. Así aparecen nombres como la Cala Estreta de Palamós o cualquiera de las del Cap de Creus.

Un poco más urbanizada es la opción del Mirador de Pedralta. Poco conocido y, por tanto, poco concurrido, y a tan sólo 35km de Girona. Entre Sant Feliu de Guíxols y Santa Cristina d’Aro.

Tarragona

La provincia perfecta para el eterno debate mar o montaña. Claro que teniendo en cuenta lo que duran las Perseidas se puede optar por los dos en días distintos. Por un lado, el Parc Astronòmic de les Muntanyes de Prades reúne todas las condiciones para el avistamiento.

Por otro lado, una de las playas más increíbles de Cataluña, la del Trabucador se convierte en ideal. Frente al Mediterráneo, rodeado de arrozales y las aguas del delta del Ebro.

El curioso origen del fenómeno

El origen de las Gemínidas fue un misterio durante siglos, pues no se sabía asociar la lluvia de meteoros con ningún cometa periódico conocido. En el año 1983, el telescopio espacial de infrarrojos IRAS (lanzado por la NASA) identificó un asteroide, llamado Faetón, y al estudiar su órbita, se concluyó que era este asteroide el que causaba la lluvia de estrellas. Se trata, entonces, de un caso peculiar, pues prácticamente todas las otras lluvias de meteoros conocidas están causadas por cometas.

Los astrónomos especulan con la idea de que Faetón pudiese ser hoy un cometa extinto y que los fragmentos que forman las Gemínidas pudiesen haber sido desprendidos hace siglos, cuando Faetón aún tenía actividad cometaria. Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con aquellos fragmentos desprendidos de Faetón.

De dónde viene esa luz 

Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz. Típicamente, los meteoros más comunes que observamos a simple vista los producen partículas de unos milímetros a unos centímetros de tamaño que se queman a unos 100 kilómetros de altura.

La correspondiente lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina "radiante" y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así pues, las Gemínidas tienen su radiante en la constelación de Géminis.

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