Uno de los hayedos más famosos de toda Cataluña es la mítica Fageda d’en Jordà. Su belleza es innegable, pero su acceso no es libre. En cambio, en el corazón del Pirineo, existe un espacio abierto donde las hayas cobran un aspecto fantasmagórico, sacado de una novela de misterio, pero con unos colores que impresionan.
El hayedo de Conangles, en la Vall d’Arán, destaca por sus majestuosas hayas y abetos, pero también por su entorno. Seguir el camino que parte del Hospital de Vielha hasta el refugio de Conangles es descubrir los misterios del río Noguera Ribagorçana y los diferentes lagos y cascadas de las montañas pirenaicas, entre las que destaca el Tuc de Molières, a 3.010 metros de altura.
Clima idóneo
Este hayedo, situado en la boca sur del Túnel de Vielha, ha prosperado gracias a la influencia del clima atlántico. Esta climatología más fría y húmeda hace crecer esos árboles hasta alturas que superan con creces los dos metros, que proporciona una combinación de verdes al lugar muy poco visto en el resto de Cataluña.
Con estas características, el enclave ofrece una experiencia inolvidable para los amantes de la naturaleza y los entusiastas del trekking. Durante una caminata a través de la vertiente soleada, los visitantes pueden contemplar las formas fantasmagóricas que conforman las hojas de distintas tonalidades, la niebla que se escapa entre los árboles y, obviamente, la majestuosidad de las hayas.
Camino por las alturas
La ruta que propone este bosque sigue un antiguo paso natural utilizado para la comunicación entre las regiones de Arán y La Noguera. Durante el trayecto se ven los imponentes picos de los Pirineos que superan los 3.000 metros, como el Besiberri Norte, el Besiberri Sur, el Pic de Comaloformo y la Punta Alta de Comalesbienes.
Si uno emprende el camino que nace en el Barranco de Besiberri, se encuentra con un puente de hormigón que, si bien sirve para cruzar el río, también revela rápidos pintorescos y marca el camino hacia una cascada que promete cautivar a los exploradores con su belleza natural.
Cómo llegar
La travesía abarca un paisaje otoñal deslumbrante que crean una explosión de colores en octubre y noviembre. La combinación única de tonos rojizos, granates, ocres y dorados transforma cualquier paseo por Conangles en una experiencia visualmente impactante.
Llegar hasta allí, lleva su tiempo. Se tiene que ir hasta el extremo más al norte de Cataluña y cruzar el túnel de Vielha. Tras cruzarlo, en el Km. 150 de la N-230 aparece el desvío hacia el refugio de Conangles. Ese es sólo el punto de partida.