La mujer más mayor del mundo es catalana, tiene 116 años y no sólo está activa en redes sociales, participa de una investigación científica en la que ella es la máxima protagonista. Maria Branyas puede que tenga el secreto de la longevidad y la ciencia ya la ha convertido en objeto de estudio.
"Soy la mujer más mayor del mundo y no tengo problemas de salud. Puede que tenga la clave de la inmortalidad", bromea a través de su perfil de Twitter. Pero a pesar de que pueda parecer un desafío a la naturaleza, ella es consciente de que es un fenómeno extraordinario, como ella.
La historia de Branyas
Para empezar, su llegada al mundo ya era poco habitual en la época. Nació fuera del país, en Estados Unidos. Era el 4 de marzo de 1907. Su padre, un periodista natural de Pamplona, fue enviado a San Francisco para cubrir las noticias de California y México para el diario Mercurio y su madre fue con él.
Desde entonces, Branyas ha vivido de todo. Dos dictaduras, la II República, dos golpes de Estado, la llegada de la democracia y hasta una pandemia. De hecho, hace dos años se contagió de Covid y sigue fresquísima.
Claves para lo longevidad
Ella no se cansa de decir que la clave para vivir tanto es relativamente sencilla: una buena alimentación y un estilo de vida determinado. El suyo, recuerda, se basaba en orden, tranquilidad, buena conexión con la familia y amigos, contacto con la naturaleza, estabilidad emocional, sin preocupaciones, sin remordimientos, mucha positividad y lejos de las personas tóxicas". Eso y un poco de “suerte y buena genética”.
Tal vez por eso los médicos se han puesto manos a la obra y han decidido someterlas a diversos estudios. Ella, encantada. Una aventura más a sus 116 años.
Desplazados a Olot
El investigador Manel Esteller, eminencia en el campo de la genética, no ha dudado ni un segundo a desplazarse hasta Olot para estudiarla. Allí, en la residencia Santa Maria del Tura, es donde Branyas vive desde hace 20 años, cuando decidió acompañar a una familiar suya.
El también director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras ha recogido muestras de la anciana, como saliva, sangre y orina, para dilucidar el porqué de su longeva vida. Todo para dar con el secreto de la longevidad.
Una salud de roble
"No ha sufrido demencias, ni cáncer, ni arteriosclerosis... así que quizás su genoma es altamente resiliente ante enfermedades", defiende Esteller. Para él, esta catalana es todo un fenómeno de la naturaleza, porque su edad cronológica, sus ya casi 117 años, se diferencia de su edad biológica, correspondiente al grado de envejecimiento real de su cuerpo, que podría situarse en 103 o 104 años.
Muchos médicos, científicos e investigadores tratan de dilucidar y comprender desde hace años los mecanismos de envejecimiento del cuerpo, que están asociados a enfermedades como el cáncer o la demencia. El objetivo es dar con medicamentos que permita al ser humano no sólo vivir más sino con más buena salud. Una meta que también persigue Esteller.
Muestras de laboratorio
Con este fin, el doctor y su equipo ya tienen en su haber células de Maria, unas muestras que considera de alto valor. Porque no es fácil encontrar una supercentenaria con edad récord que además esté en unas condiciones cognitivas óptimas para dar el consentimiento a participar en una investigación, recuerda.
Claro que toda la familia de Branyans es extraordinaria. El equipo investigador ha podido tener acceso al árbol genealógico de toda la familia hasta el año 1700 y hay más sorpresas: son varias las personas de esta saga que superaron con creces los 90 años en tiempos en que no era muy común.
¿Qué buscan en Maria?
Por eso, otro investigador del proyecto, Eloy Santos se muestra convencido de que "si estudiamos la forma en la que epigenética regula sus genes, quizá descubramos qué es lo que podría hacer la población para envejecer con calidad". Esa es la clave, no buscar la eterna juventud ni nada por el estilo.
"No es nuestro objetivo que se llegue a vivir 116 años", recuerda Esteller, "sino llegar a todas las edades con la mejor calidad de vida, que nuestras funciones no se deterioren, que podamos caminar, subir escaleras, pensar y recordar los momentos felices". Igual que hace Maria Branyas a su edad.