El impresionante pueblo abandonado de Cataluña con las mejores vistas al Mediterráneo
Así es el municipio medieval catalán en el que las casas circundantes cumplen el papel de muralla
2 noviembre, 2023 10:41Noticias relacionadas
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Mucho se habla de la Cataluña vaciada y no tanto de los pueblos abandonados repartidos por todo el territorio. Autóctonos y visitantes pasan de largo el legado de ciertos municipios que en su día lo fueron todo y que, con el paso del tiempo, han caído en el olvido.
Cataluña está repleta de municipios ricos en patrimonio histórico y cultural que no siempre es valorado. Ejemplos hay varios, pero uno muy destacado es Santa Creu de Rodes, una localidad impresionante con unas vistas privilegiadas al Mediterráneo.
Dónde está
El núcleo poblacional de este lugar perdido en El Port de la Selva (Girona) está allí, abandonado, sin que se le preste la atención que se merece. Situado a pocos kilómetros de Francia y en pleno Parque Natural del Cap de Creus, alberga los restos de un pueblo con una iglesia románica que data de siglos atrás y se encuentra en un excelente estado de conservación.
La naturaleza que le rodea hace el resto. El verde del área protegida muere en unos acantilados azotados por el mar. Unas vistas que quitan el hipo aquel que se acerca.
Historia maldita
Santa Creu de Rodes, que comenzó a perder población con la llegada de la Peste Negra en 1347, es un lugar de gran interés. La iglesia de Santa Creu de Pere experimentó una transformación similar y, en 1572, perdió su condición de parroquia, pasando a llamarse Santa Elena.
El templo ha estado prácticamente cerrado desde sus inicios, lo que lo ha preservado en excelente estado y la hace ideal para visitar. Un imperdible.
Trazado medieval
En la actualidad, es posible pasear por sus calles, o lo que queda de ellas, y explorar las antiguas tumbas que datan de los siglos IX o X, anteriores a la existencia del pueblo. Un paseo por la era medieval.
Además, en las cercanías se encuentra el monasterio de Sant Pere de Rodes, catalogado como bien de interés general y considerado un referente de la arquitectura románica en Cataluña. En conjunto, esta excursión se convierte en una experiencia casi obligatoria.
Naturaleza y Patrimonio
La Serra de Rodes alberga paisajes naturales y elementos patrimoniales de gran relevancia. La visita al monasterio de Sant Pere de Rodes nos permite explorar de cerca esta joya del románico catalán y disfrutar de unas vistas privilegiadas del Cap de Creus, así como descubrir dos monumentos poco conocidos: el Castillo de Sant Salvador de Verdera y el pueblo medieval.
Dependiendo de nuestro punto de partida, podemos llegar al conjunto monumental de Sant Pere de Rodes desde Vilajuïga o desde El Port de la Selva. En ambos casos, se trata de un recorrido con numerosas curvas y un ascenso que nos lleva a una altitud de 520 metros sobre el nivel del mar.
El pueblo medieval
El pueblo medieval se encuentra a solo un kilómetro del monasterio de Sant Pere de Rodes. Este núcleo poblacional tiene sus raíces en el siglo XI, aunque en el mismo lugar se ha documentado la existencia de una necrópolis de los siglos VIII-IX.
Todos los edificios del pueblo se agrupan alrededor de la iglesia de Santa Helena, un hermoso templo prerrománico que aún conserva gran parte de su estructura. Los trabajos de excavación arqueológica y consolidación de las estructuras de este pueblo medieval siguen en marcha, lo que permite ver áreas recientemente restauradas.
Trazado
La disposición urbana de Santa Creu de Rodes se asemeja a la de una villa amurallada, es decir, un pueblo en el que las casas circundantes cumplen el papel de muralla, permitiendo el acceso únicamente a través de portales fortificados.
El epicentro de la localidad se encontraba en la plaza de la iglesia, alrededor de la cual se distribuían las viviendas, separadas por las calles que conducían a la plaza. Estas construcciones eran de considerable tamaño, oscilando entre 70 y 100 metros cuadrados, constaban de una planta baja y un piso superior, con tejados a dos aguas y, con frecuencia, incluían un patio, huerto o corral.
Santa Creu de Rodes surgió y prosperó bajo la influencia del monasterio de Sant Pere, convirtiéndose en un lugar dinámico donde se celebraban ferias y mercados. En este entorno, se podían encontrar una variedad de profesionales, como posaderos, sastres, panaderos, zapateros, herreros, taberneros y notarios, entre otros, que ofrecían sus servicios a todos los que llegaban, en especial a los numerosos peregrinos que se dirigían al monasterio.
El monasterio
Ya que se llega hasta allí, una visita a Sant Pere de Rodes es indispensable. Este monumento arquitectónico de estilo románico catalán, con raíces en los siglos X-XI, se convirtió en un centro monástico de referencia en el condado de Empúries en su época de esplendor.
Tras un largo período de abandono y decadencia, el monasterio fue restaurado en las últimas décadas del siglo XX para conservar su estructura y hacerlo accesible al público. Durante la visita, podemos sumergirnos en la historia y la belleza que impregnan sus diferentes espacios, como la iglesia, las dependencias y el claustro.
El castillo
Para aprovechar al máximo la visita, se recomienda comenzar con energía, posponer la exploración del monasterio y dirigirse al Castillo de Sant Salvador de Verdera, que se yergue por encima de nuestras cabezas.
Para acceder, seguimos un sendero que encontramos junto al monasterio y asciende hasta los 670 metros de altitud. Es una caminata sencilla y apta para todas las edades, aunque se recomienda llevar agua y protección solar, especialmente si se realiza en verano.
Las estructuras de esta magnífica fortaleza medieval que aún se conservan permiten apreciar sus dimensiones y su importancia defensiva. Desde la cima del castillo, disfrutamos de vistas excepcionales de los Pirineos y el Empordà, lo que hace que la visita valga la pena.