Muchos lo intentaron antes, pero pocas bebidas medicinales se han popularizado tanto como el vermut. Si el agua del Carmen era común en los botiquines, pocas veces llegó a estar sobre la mesa de ninguna casa y ninguna las bodegas decidieron hacer una empresa de ello. El vermut es ya una bebida alcohólica de prestigio.
Con una base de vino, acompañado de la maceración de varias hierbas y un toque de azúcar, esta bebida se ha convertido en un indispensable en los aperitivos. En Cataluña, la tradición es tal que desde hace décadas existen las vermuterías, bares en los que la estrella es este espirituoso que viene acompañado con algunas tapas.
Evolución y tendencia
Su fama empezó a coger fuerza en el siglo XIX, pero este siglo XXI el boom ha llegado. Bodegas que hasta ahora no hacían vermuts se han dedicado a tener el suyo propio, otros abren con la voluntad de hacerse con una parte del mercado. La competencia es tal que la imaginación y el deseo para atraer al consumidor ha despertado la creatividad y la ambición de muchos empresarios del sector.
Primero fueron las botellas. El sifón, hace unos años, era un envase demasiado popular. También se ha tratado de evitar la botella de plástico, ahora ya es la forma de las botellas de cristal. Y el sifón, que hace vintage y está de moda. Aunque las últimas novedades en el mercado son los vermuts gourmet. Vermuts que llevan la firma de algunos cocineros con estrella Michelin.
Sello de autor
Este es el caso del Vermut Miró Rojo Pasión. La famosa bodega Miró ha contado con la colaboración del chef Paco Pérez para crear lo que llaman “el primer vermut premium”. Las ganas de ofrecer algo más al consumidor y la predisposición del estrellado de participar de esta iniciativa no dejan indiferente a nadie.
La voluntad de la firma vermutera era darles a los amantes de este destilado algo más, algo único. Pérez aceptó el reto y han creado algo realmente especial. Esta edición especial del vermut se caracteriza por las hierbas elegidas para su elaboración y, sobre todo, porque pasan por una doble maceración, algo poco corriente, de oliva arbequina.
La fórmula
Con esta innovadora técnica, vermuteros y chef han descubierto que se produce una mejor absorción de los aromas. Eso lo siente el consumidor en su paladar donde experimenta una increíble mezcla de olores y sabores muy matizados. Una experiencia que también huele a éxito.
Pérez reconoce que no ha sido fácil. “Me he dado cuenta de que con el vermut se necesita mucha técnica y mucho conocimiento”, asegura el cocinero, pero visto el resultado parece haber dado con el secreto.