¿A quién no le hubiera gustado vivir en el s.XVI y en el s.XIX para vivir en sus propias carnes las historias que vemos en las películas de piratas y corsarios?
Pues en las Islas Medes, en un pequeño archipiélago del mar Mediterráneo -a una milla de la Costa del Montgrí y del Estartit -, fueron punto estratégico desde la Edad Media tanto por el sitio donde se encontraban, como por la proximidad a la costa. Los piratas utilizaban este archipiélago para organizarse y planificar los ataques antes de hacer incursiones en los territorios costaneros. Durante unos cuantos siglos las Islas Medes fueron refugio y baluarte de piratas y corsarios que atacaban la costa ampurdanesa y dificultaban el comercio marítimo de Barcelona.
¿Qué hacían los piratas en las Islas Medes?
Cada incursión que hacían en tierra firme acababa con saqueos, raptos y muertes. También, asediaban y aterrorizaban a toda la población, que navegaban por mar e incluso bombardeaban aquellos que se interponían a su paso.
La mayoría de los ataques tenían como objetivo saquear iglesias, destruir la iconografía cristiana, incendiar las casas aisladas y secuestrar a los habitantes con la finalidad de utilizarlos como mercancía y pedir un rescate a cambio; o si no los vendían como esclavos.
Los habitantes del lugar, al saberlo, organizaron diferentes milicias entre los vecinos y esta estructura de defensa acabó siendo muy efectiva en una época donde reinaba la inseguridad y las amenazas de los piratas. Justo en ese momento, las infraestructuras cambiaron: amurallaron las ciudades, edificaron torres de vigilancia para avisar de la llegada de los barcos y construyeron torres alrededor de todas las casas más cercanas como los ‘masos’ del Estartit donde se encuentra la Torre Moratxa.
Actualmente, en el Estartit hay una Fiesta de Piratas y Corsarios que pretende recordar los siglos XV, XVI y XVII, época en que la piratería tuvo una fuerte presencia en la Costa Brava. Este año se iniciarán el 22 de septiembre, ¡estás a tiempo de disfrutarlas!