El pueblo medieval más bello de Girona se oculta en este impresionante parque natural

Uno de los encantos destacados de una escapada a La Garrotxa, en el interior de la provincia de Girona, consiste en explorar sus hermosos pueblos medievales. En los pueblos medievales de la comarca de La Garrotxa, en contraste con la idea de conjuntos arquitectónicos compactos, como ejemplifican Peratallada o Pals, predominan los rincones encantadores.

Existen también localidades que por sí solas justifican una escapada para explorarlas.

Tal es el caso de Besalú, con su icónico y espectacular puente medieval, una imagen distintiva no solo de la zona, sino incluso de Cataluña. Sin embargo, en esta ocasión te queremos destacar Santa Pau.

Los encantos de Santa Pau

Santa Pau se encuentra en el territorio del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Este lugar alberga hermosos paisajes naturales como el Volcán de Croscat y el Bosque de Jordá (Fageda d'en Jordá).

Santa Pau es un pueblo amurallado que mantiene una arquitectura uniforme, y al visitarlo, te sentirás transportado a la época medieval. Sus orígenes se remontan al siglo XIII con la edificación de un castillo.

Al llegar a Santa Pau en tu recorrido por esta fascinante zona volcánica, es recomendable dirigirse primero a los miradores que se extienden frente al casco antiguo a lo largo de la calle de acceso.

Desde estos miradores orientados hacia el este, se disfrutan panorámicas muy hermosas de Santa Pau, que se vuelven aún más fotogénicas en las tardes.

Las calles de Santa Pau

Desde lo alto, se puede apreciar la disposición del pueblo en la cima de una colina, con el río Ser fluyendo a sus pies, destacando la silueta del castillo y la torre de la iglesia.

Incluso desde fuera, se percibe que el recinto se encuentra resguardado por una combinación de tramos de muralla y edificaciones alineadas, formando una estructura fortificada.

Qué ver en Santa Pau

Para entrar en el pueblo, atraviesa un pórtico que te conduce a la Plaza Mayor (Firal dels Bous). La plaza, con su diseño porticado y forma irregular, alberga la iglesia de Santa María, construida en 1430, además de una de las fachadas del robusto edificio del castillo.

Sin embargo, es al recorrer las calles que parten de la plaza donde se aprecia verdaderamente el encanto de Santa Pau. Descubrirás estrechos rincones que se abren a través de callejones entre casas de piedra, algunas con galerías porticadas y otras con ventanas de estilo gótico o renacentista.

Caminando por el antiguo recinto amurallado, te sumergirás en pasadizos a través de pequeños pórticos, entrando y saliendo del recinto fortificado, siempre rodeado por las sólidas edificaciones de piedra.

Recomendamos intentar visitar Santa Pau en un día laborable, ya que durante estos días e el casco antiguo está notablemente tranquilo. Sin embargo, es posible que en fines de semana y épocas festivas las calles se llenen de visitantes.

En resumen, Santa Pau debe ser un destino obligado durante tu escapada a la comarca de La Garrotxa, ya que representa a la perfección el ambiente medieval que aún pervive en sus pueblos.

Cómo llegar a Santa Pau

Desde Barcelona, es posible llegar a Santa Pau en un poco más de hora y media en coche, dado que se encuentra a 118 kilómetros al norte de la capital catalana. Por lo tanto, es una invitación a una escapada perfecta.

Si optas por partir desde Girona, Santa Pau se encuentra al oeste, a aproximadamente una hora en coche.