El pueblo medieval francés cerca de Cataluña que enamora con su castillo, sus escaleras infinitas y sus vistas

Ciertas zonas en Francia constituyen alternativas de viaje para los catalanes que desean descubrir nuevos horizontes y disfrutar de cautivadores entornos naturales. Entre los pueblos franceses cercanos a Cataluña para explorar, destaca Rocamadour, un pueblo de singular belleza que forma parte de la región de los Pirineos.

Los encantos de Rocamadour

La villa medieval de Rocamadour, excavada en un acantilado de roca caliza sobre el río Alzou, se ha erigido como el segundo destino más concurrido en Francia, solo superado por el Mont Saint Michel.

Para comprender el atractivo de Rocamadour, es esencial remontarse a la Edad Media. La aparición del cuerpo momificado de un ermitaño llamado San Amadour contribuyó al aumento del renombre de las ermitas que se habían construido en la roca hasta entonces.

A partir de aquel punto, este enclave comenzó a ganar notoriedad y se convirtió en un destino crucial para los peregrinos cristianos, dando lugar a la edificación de hasta siete santuarios.

Desde todas las esquinas de Europa, y al sumarse al Camino de Santiago, llegaban peregrinos a Rocamadour, con la aspiración de expiar sus faltas al ascender los 216 escalones de la gran escalinata, en ocasiones de rodillas, y recitar sus oraciones en uno de los doce santuarios que llegó a albergar la localidad.

Qué ver en Rocamadour

Situado en la cúspide de la pared de caliza, el Castillo de Rocamadour posee una posición privilegiada sobre la urbe sagrada. Lo que se permite recorrer en realidad no es el Castillo en sí, sino exclusivamente sus murallas, ya que la fortaleza es de propiedad privada y no admite visitantes. Desde las murallas, también disfrutamos del hermoso jardín interior del castillo.

Una vez concluida la exploración de las murallas del castillo, puedes visitar el Camino de la Cruz o Chemin de Croix, un trayecto en zig-zag que nos llevó desde la zona de los santuarios hasta el centro mismo de la ciudad. El Chemin de Croix formaba parte de la senda recorrida por los peregrinos en su paso por la urbe sagrada, ascendiendo hasta la parte más alta siguiendo el vía crucis.

El Santuario de Rocamadour

De los doce Santuarios originales edificados en Rocamadour, únicamente siete se han mantenido en pie. El acceso a estos recintos se logra atravesando un túnel tras cruzar la Porte Saint-Martial.

El túnel destaca por las placas donadas por los devotos, expresando su gratitud por los milagros concedidos gracias a las peticiones dirigidas a la Virgen o San Amador.

Al salir del túnel, emergemos en una plaza circundada por las siete capillas que componen el Santuario de Rocamadour. Las capillas se han dispuesto una junto a la otra, conformando el espacio interior de la plaza.

La Capilla de Notre Dame de Rocamadour

Capilla de Notre Dame de Rocamadour

Posiblemente, la capilla más visitada de todo el Santuario, a raíz de la fama de su Virgen Negra o Notre Dame de Rocamadour. La capilla se sitúa al lado de la iglesia de San Salvador, accesible tanto desde su interior como a través de una entrada exterior.

La capilla resulta notoriamente peculiar, no solo por la Virgen Negra, sino también por las "decoraciones" u ofrendas que la decoran. Del techo cuelgan maquetas de barcos, ya que esta virgen es patrona de los marineros, y se dice que esto está vinculado a diversos milagros.

Una de las estrellas de la capilla es Durandal, la espada de Rolando. Dicen las leyendas que Rolando, sobrino de Carlomagno, arrojó su espada Durandal contra la pared de caliza del santuario antes de fallecer, para evitar que cayera en manos de los infieles.

Cómo llegar a Rocamadour desde Cataluña

Si estás en Barcelona y anhelas explorar este destino francés, el coche es la mejor opción. Y es que la distancia entre ambos lugares abarca alrededor de 400 km. El trayecto en coche puede extenderse de 4 a 5 horas, dependiendo de las circunstancias del tráfico y de la ruta seleccionada.