Los pueblos de Cataluña ideales para disfrutar de la jubilación
De la playa a la montaña, de estilo medieval o pescador, pero en todo caso con mucha paz y tranquilidad
29 octubre, 2023 17:00Noticias relacionadas
A la vejez, viruelas y a la jubilación, un pueblo donde disfrutarla. Tras toda una vida de trabajo, encontrar ese pueblo que te asegure paz y tranquilidad es ideal. En Cataluña hay varios candidatos.
Con la diversidad de municipios que tiene el territorio hay opciones para todos los gustos. Los amantes del mar tienen pueblos costeros donde disfrutar de vistas al Mediterráneo, mientras que los que son de montaña tienen pueblos medievales y con encanto donde elegir.
Sant Pol de mar
El pueblo ideal para aquellos que siempre han sido de Barcelona y no la quieren tener muy lejos. A una hora y poco en tren de la capital, esta localidad de pescadores ofrece playa y buena gastronomía. Que haya cerrado el restaurante de Carme Ruscalleda, no significa nada.
Pero, sobre todo, si por algo destaca es por las playas. Aguas cristalinas, playas largas, un rincón nudista y un atardecer increíble. Y sin mucha aglomeración de gente en verano.
Tossa de Mar
Obviamente, la Costa Brava tiene mucho donde elegir. Se puede citar Cadaqués, pero su difícil acceso en coche puede resultar complicado, en cambio, Tossa lo tiene todo. Aguas trasparentes, historias dignas de Hollywood y hasta festivales de música por si uno quiere marcha como en tiempos atrás.
Los restaurantes la calle dels Socors, donde está la iglesia de la virgen homónima, la muralla o la estatua de Ava Gardner, le dan toda esa esencia del litoral catalán. Además, uno siempre puede cruzarse con Andrés Velencoso.
Calafell
Algo más modesta, pero con mucha literatura está Calafell. Lugar de poetas como Carlos Barral, quien trajo allí a figuras como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Jaime Gil de Biedma, Juan Marsé y muchos más. Todos ellos y los pescadores han impregnado a este pueblo de la Costa Dorada una autenticidad que los turistas no han conseguido borrar.
En invierno, la paz y la calma son los auténticos protagonistas. Los cines están para uno sólo. Y en verano, uno puede disfrutar de la apertura de nuevos restaurantes, sesiones de yoga en la playa y sus fiestas populares.
Castellfollit de la Roca
Sí, en Girona está Besalú y muy cerca de allí Rupit i Pruït, pero tal vez para la jubilación uno quiere un poco menos de subida y que las calles no sean de piedra. Por ello, Castellfollit de la Roca es ideal.
Al borde del acantilado de 50 metros de altura que lo convierte en uno de los pueblos con más encanto de Cataluña, se erige este pequeño pueblo de calles sin pendientes y un casco histórico de escándalo. Si a eso se le suma su oferta gastronómica y que está a un paso del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, donde disfrutar de la naturaleza y los 40 conos volcánicos, ya sólo queda buscar piso.
Guimerà
Por último, quien piense que Lleida no tiene lugares preciosos donde pasar la jubilación se equivoca. Allí se encuentra uno de los pueblos más bonitos de Cataluña y de España en general, Guimerà.
En la ladera de un monte, a simple vista, uno puede pensar que es un pueblo anclado en la época medieval. Una vez se adentra por sus calles, descubre su tremendo encanto. Uno tiene la sensación de encontrarse en la mismísima Mardin de Turquía. Un lugar detenido en el tiempo. Ideal.