Este es el pueblo medieval con más magia de Cataluña: es un decorado congelado en el tiempo
El municipio leridano es un paraje detenido en el tiempo con grandes tesoros ocultos en su interior
25 julio, 2023 14:10Noticias relacionadas
Lleida es posiblemente una de las provincias menos visitas de Cataluña. Los residentes de otras provincias como Barcelona o Tarragona suelen ir a Lleida en temporada de setas y de esquí, y poca cosa más. Es por ello que, en el campo del turismo, hay un pueblo medieval icónico que seguramente aun no has explorado: Guimerà.
El municipio está siempre en la lista de los pueblos más bonitos de Cataluña e incluso de España en general. Ubicado en la comarca de l’Urgell, en la ladera de un monte, a simple vista uno puede pensar que es un pueblo anclado en la época medieval. Una vez se adentra por sus calles, descubre su tremendo encanto.
Cómo llegar
Llegar hasta allí no es del todo fácil. No hay una salida exacta en la autopista ni queda cerca de ninguna carretera nacional. Si uno va por la A-2 ha de coger la salida de Tàrrega y tomar la C-14 dirección Ciutadilla y antes de llegar desviarse por la T-241 dirección Vallfogona. A medio camino, se encuentra Guimerà.
Antes de llegar allí, si uno tiene ánimo de explorador, puede hacer una parada previa. A la derecha de la carretera local se pueden ver las ruinas del monasterio de Santa María Vallsanta. Otra opción es ir directo al pueblo medieval.
Dónde aparcar
No hace falta entrar al pueblo para dejar el coche. De hecho, es poco recomendable porque no hay mucho espacio para dejarlo. Antes de entrar hay un parking donde se puede dejar el coche de forma gratuita. Y, además, nada más bajar, se puede tomar una de las mejores fotos panorámicas de Guimerà.
Para entrar a este pueblo de 270 habitantes, debe cruzarse el puente que pasa por encima del río Corb. Desde allí, una de las mejores opciones para conocer sus encantos es perderse por sus calles del casco antiguo.
Qué hacer
Un buen inicio de esta pequeña ruta por el municipio es tomar las calles Jussà y Piques y empezar a pasar por debajo de los pasos elevados, cruzar sus galerías y disfrutar de estas casitas de piedras tan icónicas.
Si uno encuentra la calle Santa Tecla es recomendable tomarla. Allí, además de descubrir de una de las fuentes con más encanto del lugar, verá una placa conmemorativa de un momento histórico que vivieron sus vecinos. Allí está la marca de hasta donde llegó el agua en la riada de Santa Tecla, en 1874. Hasta 90 casas quedaron destruidas y murieron 35 personas.
Los imprescindibles
Y así, entre paseo y paseo por sus caminos de piedra e impregnados por el encanto de sus gentes y su arquitectura, uno debe alcanzar la Torre del Castillo. Desde allí, las vistas del pueblo son, sencillamente, maravillosas.
Para emprender el camino de vuelta o si no se ha llegado antes, visitar la iglesia parroquial de Guimerà es obligatorio. El edificio alberga una réplica del conocido como el Retablo de Guimerá de Ramón de Mur, que se calcula fue realizado entre 1402 y 1412.
Dónde comer
Y si uno se ha quedado con hambre, por la zona de la plaza Mayor, hay varios lugares donde poder comer. Aunque tampoco debes despreciar los arenques de Cal Moretes o la carn d’olla del Hostal Sant Jordi.
Otras opciones para coger fuerzas para el paseo o tras visitar el pueblo son El cau de Guimerà, donde se pueden disfrutar de platos combinados o bocadillos. Si uno quiere comer algo más elaborado, tiene La Cabana, donde puede comer desde tartar de potro a trinxat con huevo.