Una de las playas más icónicas de la Costa Brava es la de Tossa de Mar. Albert Lewin decidió rodar allí Pandora y el holandés errante con Ava Gardner, James Mason, Mario Cabré y algunos de sus vecinos de extra. Una estatua en honor a la actriz se esconde en esa localidad gerundense. Pero hay otros lugares ocultos que merece la pena explorar.
Uno de esos lugares se encuentra más allá de esa enorme playa grande presidida por la muralla de la ciudad antigua, concretamente en dirección opuesta. Y pese a que puede parecer que no hay nada más bonito que ver la ciudad desde la torre de la muralla, os aseguramos que vale la pena.
Cómo llegar
Hay dos maneras de llegar hasta allí. La práctica es ir en coche. Se trata de coger la carretera GI-682 en dirección a Sant Feliu de Guíxols y antes de llegar al Pola Giverola Resort desviarse a la primera a la derecha. Pero atención que no es fácil aparcar.
El lujoso hotel tiene un parking, pero es de uso exclusivo para clientes. La solución idónea es dejarlo en el arcén de la carretera que llega hasta la playa. Hay espacio para 506 vehículos. Pero hay mejoras alternativas.
Trayecto a pie
Como bien sabe el conocedor de la Costa Brava, el camí de ronda es la mejor manera de acceder a estos rincones escondidos. Desde la playa de la Mar Menuda, en Tossa, se inicia un camino de poco más de seis kilómetros que llega al paraíso. Y por el camino, hay paradas obligatorias.
En el recorrido, de 45 minutos, el visitante va a pasar por un camino de tierra, con algunas subidas de las que se puede descansar bajando a la Cala Bona, por ejemplo. Un rincón con aguas cristalinas y poca arena a las que muchos llegan con barca.
El paraíso en la tierra
Se pare o no, llegar a Cala Pola vale la pena. Rodeada de unos acantilados, la dorada arena de la playa reluce sin eclipsar las aguas turquesas de este paraje que te hace sentir en el paraíso.
No habrá mojitos, ni chiringuitos para tomar algo (es mejor traer todo desde casa), pero eso no hace más que aumentar la sensación de estar en una playa virgen.
Qué hacer
Y si uno decide quedarse unos días en Tossa, hay mucho más. Submarinismo, snorkel, viajes en barca para descubrir otras calas, son una de las actividades preferidas del visitante.
Otras opciones más culturales, es empaparse de la historia de este emblemático lugar, pasear por sus murallas y descubrir los rincones por los que estuvo Ava Gardner no va a hacer otra cosa que confirmar un hecho, que este es un lugar de película.