Los promotores del parque eólico de la Costa Brava se inclinan por construir un cableado subterráneo de 44 kilómetros para enchufar el complejo energético. Un recorrido que se dividiría en dos tramos: los 24 kilómetros de línea eléctrica subterránea y otros 20 bajo tierra firme.
Los responsables del Parc Tramuntana han pedido al Gobierno que priorice esta opción, una alternativa más cara a una línea aérea. Sin embargo, consideran que tendría un menor impacto ambiental y que permitiría reunir un mayor consenso territorial, social y ecológico.
Posible inversión de Ferrovial
El proyecto ya ha recibido una primera luz verde del Gobierno y de la Generalitat para levantar un complejo en Roses que ya ha generado interés en grandes grupos como Ferrovial, que ha anunciado su intención de invertir en el parque eólico marino. Por su parte, los promotores han reclamado este jueves en Girona que las adjudicaciones primen el consenso con el entorno, conscientes de las voces contrarias a su puesta en marcha
Tras defender este modelo de fuente energética y las garantías que aportan los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM), que acaban de ver la luz, han indicado que el marco legal de la eólica marina en España, previsto de aprobación también este año, determinará los criterios de las adjudicaciones. Ahí es donde, desde Parque Tramuntana recuerdan que los concursos de renovables tienen en cuenta hasta ahora, principalmente, el precio de la energía, un enfoque catalogado de "muy limitado en proyectos que tienen un impacto considerable en el territorio y la ciudadanía".
Consenso social y ecológico
Sus responsables plantean una propuesta basada en criterios técnicos y también socioeconómicos, convencidos de que si la legislación puntúa a los promotores que dialoguen con su entorno y busquen "un retorno real" "los resultados serán infraestructuras que dispongan de mayor aprobación".
En esa labor se definen para obtener "resultados tangibles como la adaptación del proyecto a las sugerencias de la ciudadanía, como se ha demostrado con la decisión de alejar el parque de la costa, reducir el número de aerogeneradores, soterrar la línea de evacuación y abrir la participación". Al respecto, subrayan que han mantenido hasta el momento más de doscientas reuniones con un millar de actores para incluir "los puntos de vista de todos los sectores sociales, económicos y políticos".