El síndrome de Cotard o cuando las personas creen que están muertas
La patología, que ya aparece en el famoso libro de Oliver Sacks, afecta a centenares de personas, pero no es reconocida por la OMS
14 junio, 2023 13:42Este muerto está muy vivo es el título de una comedia mítica de Ted Kotcheff, protagonizada por Andrew Mccarthy y Terry Kiser, que podría ser el resumen perfecto de lo que sucede a las personas que sufren el síndrome de Cotard. El problema es que no es tan gracioso como la película.
Los lectores de uno de los libros más míticos de la neuropsiquiatría, El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks, también les suene un caso parecido. El de aquella persona que se creía muerta cuando estaba completamente viva.
Primer caso detectado
Pese a estas referencias de la cultura popular, el citado síndrome lo descubrió el neurólogo francés James Cotard en 1880. Tal y como recuerda Sacks en su libro lo observó por primera vez cuando una mujer de París, a la que apodó Mademoiselle X, pensaba que no tenía cerebro. No sólo eso, sino que no tenía ni nervios, ni tórax, sólo estaba formada por su piel y los huesos, decía.
A esto se le sumaba su convicción de ser eterna, no poder morir nunca, porque era, prácticamente y siempre según su cabeza, una muerta. Por eso, falleció de inanición porque estaba segura de que no le hacía falta comer.
Afectación actual
Cierto es que este es el caso ejemplar, pero ella no es la única que lo ha sufrido. Claro que tampoco ha habido tantos. Fue un psiquiatra peruano afincado en Cambridge, Germán E. Berrios, quien publicó la serie con mayor número de casos conocidos.
En total, el profesional de la salud americano pudo documentar 100 casos de síndrome de Cotard. Ese mismo año, el psiquiatra mexicano Jesús Ramírez aseguró haber tratado 14 casos. En España, no se han dado más de una docena.
Causas desconocidas
Uno de los pocos casos conocidos es el de una catalana, que tuvo hasta dos brotes en los que aseguraba no sentir nada y en el posterior empezó con picores, pero fue a más. Este es uno de los problemas a la hora de diagnosticar esta enfermedad, en ocasiones se confunden con síntomas de esquizofrenia, pero el caso es más concreto.
El síndrome, también conocido como delirio de negación o nihilista, hace que quien lo padece cuestione su existencia. El problema es que los pacientes tienen en realidad “un nivel muy alto de sufrimiento” y piensa que no tiene sentido alguno que le traten porque están muertos.
Sin reconocimiento
Ramírez explicaba en su día a la BBC que “el aparato racional y lógico que tenemos todos", las personas con este síndrome lo han perdido. Sienten que se han quedado sin órganos internos y o bien sufren una depresión aguda creyendo que no están vives o pueden llegar a pensar que son inmortales.
El problema principal es que cuesta mucho definir este trastorno, se dan en pocos pacientes, se desconocen sus posibles causas y, pese a darse centenares de casos, ni la Organización Mundial de la Salud ni la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos lo reconoce. Mientras tanto, los familiares y pacientes siguen luchando para encontrar una explicación científica a esta patología.