Los secretos mejor guardados de un supermercado que no conoce el consumidor
Estrategias dirigidas, no de forma casual, a que el cliente llene todavía más su carro de la compra
28 enero, 2022 14:02Al ir a hacer la compra, uno suele estar más pendiente de la lista de productos que tiene que comprar y de las ofertas que de los mensajes ocultos (desde el punto de vista del marketing) que esconde un supermercado. Y es que en estos establecimientos nada está dispuesto al azar y todo responde a diversas estrategias para captar la atención del consumidor al tiempo que va llenando el carrito de productos. Y es que más de la mitad de lo que uno se lleva a casa no estaba planeado en un primer momento (sobre todo si se va con niños o con la pareja a hacer la compra).
Aunque el comercio online gana cada día más adeptos (sobre todo entre aquellos que no tienen tiempo de recorrerse los pasillos de un supermercado), lo cierto es que la compra diaria para productos frescos y perecederos sigue siendo una rutina que se mantiene. Una visita para llenar la despensa y donde pasan desapercibidas algunas de estas curiosidades.
¿Y las ventanas?
Puede que nadie se haya dado cuenta hasta ahora, pero los supermercados no cuentan con ventanas; al menos en su parte interior donde están buena parte de los productos. La razón es muy sencilla y obedece a la creación de un microclima para una mejor conservación de los alimentos sobre todo en el caso de frutas, verduras y aquellos que están frescos.
Para este mismo fin también se cuenta con una iluminación especial en ciertas zonas. En las secciones de frutas y verduras la luz está adaptada de tal manera que no interfiera en el proceso de maduración y conservación de dichas piezas ya que estas son muy sensibles a la luz directa. Además, en este caso se emplean tonos cálidos para aumentar su atractivo, mientras que en la pescadería la iluminación es mucho más brillante para acentuar los reflejos en las escamas de los peces y dar sensación de mayor frescura.
La colocación de los productos
Antes se ha comentado que el carro de la compra se llenará de más cosas si se va con los pequeños de la casa. Los gurús del marketing lo saben, por eso los productos más destacados se encuentran a una altura media que justo despierten el interés de los niños. Todo responde a un cálculo muy medido en función de lo que interese vender. Así pues, el 9% de lo que se vende está en la parte superior del estante, el 52%, a la altura de los ojos, el 26%, a la de las manos, y el 13% a la del suelo (justo lo que son dulces y juguetes que llaman la atención de los menores).
De la misma manera, todo aquello que sean alimentos básicos y de primera necesidad que siempre se compran como es el caso de pan, huevos o leche suelen ubicarse al fondo del supermercado. De esta manera, el consumidor está obligado a recorrer toda la tienda para llegar hasta ellos y por el camino se va encontrando diversas ofertas o descuentos que acaban engrosando su lista de la compra. Y si uno busca los saldos siempre estarán en mitad del espacio y desordenados para que el cliente se entretenga un rato buscando los artículos.
Las cajas siempre a la izquierda
Cuando toca pagar, en la mayoría de las grandes superficies o supermercados grandes las cajas suelen estar en el lado izquierdo. Esto responde a que el 90% de los consumidores son diestros y tienden a circular por la derecha de tal manera que todo está diseñado para que estos vayan haciendo un recorrido en el sentido inverso a las agujas del reloj. Así recorrerá todo el espacio, antes de llegar a pagar, y mayor será lo que uno vaya metiendo en la cesta de la compra.
Y mientras se está haciendo cola en la caja, ¿qué tal unas golosinas o unos chicles? Por curioso que resulte este tipo de productos, aunque no suelen ser demasiado caros, son algunos de los que ofrecen más beneficios a las tiendas.
Alguna que otra curiosidad más
Aparte de estas estrategias, en estas tiendas de alimentación y productos para el hogar también se echa mano de algún que otro secreto más en pro de mejorar los beneficios. Así, por ejemplo, en el caso de los supermercados nunca habrá colocado ningún reloj para que el cliente compre con total tranquilidad con la máxima de a más tiempo, más productos; además de que nunca reina el silencio absoluto. El hilo musical con melodías suaves invita a esa relajación a la hora de ir escogiendo alimentos.
Por último, el empleo de los colores también está perfectamente estudiado. En este sentido, mientras el blanco se suele usar en la zona de la venta de tecnología y electrodomésticos, el negro más elegante se deja para la zona de perfumería o el espacio de las bebidas más selectas. Para el caso de la fruta y la verdura el verde y el marrón son los tonos estrella para dar esa sensación de productos naturales; mientras que el azul se emplea cuando se quiere dar una sensación de frescura y limpieza, como en lo relacionado con la higiene y cuidado del hogar.