El queso halloumi, la última delicia que viene de Chipre
Se cree que el nombre procede, o bien de una palabra griega que significa sal, o de una árabe que se traduce como queso
9 noviembre, 2021 18:35Los amantes de los últimos descubrimientos gourmet están de suerte con un queso que procede directamente de Chipre y recibe el nombre de halloumi. Una variedad de lácteo que es un descubrimiento para la mayoría de los comensales de este país, pero no así en el caso de los habitantes de la isla del Mediterráneo, ya que este queso con siglos a sus espaldas es un producto de lo más tradicional en su gastronomía popular.
Eso sí, si uno quiere probar el hallomui no es necesario que se vaya hasta Chipre, ya que puede encontrarlo en territorio nacional. Pero para ello es importante buscar en tiendas especializadas o delicatessen, ya que por ahora no se encuentra fácilmente en los supermercados convencionales donde se hace la compra semanal.
El origen del Hallomui
Para conocer la esencia y el origen de este queso que, además de en Chipre, sirve como parte de numerosas elaboraciones culinarias de países de Oriente Medio hay que irse muchos siglos atrás. Más concretamente hasta el año 1554 a.c., que es cuando se encuentran las primeras referencias a este ingrediente, ya que aparece en distintos libros a lo largo de la historia del país.
Un nombre, el de hallomui, que se cree que procede de una antigua palabra griega que traducida significaría sal ,aunque también en otros escritos se hace referencia a la palabra árabe khllum, que significa queso.
¿Cómo es este queso?
Para todos aquellos que quieran probar este lácteo se trata de una variedad blanda (parecido a la clásica mozzarella) que se elabora mezclando leche de oveja con leche de cabra fresca. Una unión perfecta que le da una textura elástica, pero a la vez con un recuerdo fibroso ya que la cuajada de este queso se suele cocinar y meter luego en salmuera para su conservación.
En ocasiones, incluso, como parte de la elaboración artesana del halloumi se añade menta a modo de protector para evitar que crezcan en su interior bacterias. Cuando el queso está listo es común encontrarlo al vacío con lo que incluso se puede congelar durante un año para probarlo más tarde. En cuanto a su información nutricional, el 17% de su contenido está formado por proteínas de alto valor biológico y ofrece un importante aporte de grasas saturadas, además de carbohidratos.
Preparándolo en casa
Si en lugar de recorrerse los mejores espacios de alimentación, uno prefiere elaborar su propio queso con denominación chipriota estos son los pasos que debe seguir. Así, por ejemplo, si se quiere hacer un par de kilogramos de este lácteo se necesitarán 5 litros de leche de cabra, 6 ml de cuajo mezclado con una cucharada de leche hervida y ya fría, el triple de cucharadas de sal de roca o sal marina y a modo opcional menta seca. Con estos ingredientes se calienta la leche y se agrega el cuajo removiendo bien. A continuación, se deja reposar la mezcla durante media hora.
Ahora es el turno de cortar la cuajada en cubos de un centímetro y dejarlos reposar durante 15 minutos. Se agita y se vuelve a dejar el mismo tiempo. Se añade algo de calor y se mantiene media hora para que vaya soltando el suero que contiene. Tras esto se pasa la cuajada a un colador donde se ha colocado un trapo de cocina para que expulse más líquido y se tapa con esa tela. Los últimos pasos son preparar el suero sobrante con sal y algo de calor en una olla y añadir la cuajada cortada para hervirlo todo. Pasado un cuarto de hora se escurre todo y se deja enfriar.
¿Cómo tomar el halloumi?
A la hora de comer este ingrediente o de incorporarlo a recetas su versatilidad es muy amplia. Así pues se puede freír en una sartén o poner a la parrilla con unas gotas de aceite (mantiene su misma forma por mucho que se le aplique calor y no llega a derretirse), así como en dados frescos para acompañar a ensaladas o platos con verduras.
Como cualquier otra variedad de queso, su consumo más habitual es a modo de aperitivo en fresco y a temperatura ambiente como parte de una tabla de quesos o bien como un ingrediente más de bocadillos. Los amantes de la mejor cocina italiana incluso pueden rallar algo de este lácteo por encima de sus platos preferidos de pasta fresca. Pero, lo mejor es hacer caso de la tradición chipriota y probarlo a la manera tradicional: frito con unas gotas de aceite y acompañado de un chorro de limón y unas hojas de menta, o bien en rodajas mezclado con melón y sandía.