Plato de chiles, una comida picante / THOMAS EVANS - UNSPLASH

Plato de chiles, una comida picante / THOMAS EVANS - UNSPLASH

Curiosidades

Mitos y verdades del picante

Se trata de un condimento antiséptico, antibacteriano y que puede ayudar a la salud del corazón si se consume con moderación

2 septiembre, 2021 00:00

O la amas o la odias. No hay término medio para la comida picante. Se trata de un sabor explosivo que se nota al primer bocado y que se usa desde los tiempos más antiguos como condimento en la cocina. Resulta indispensable en ciertas culturas gastronómicas de la zona del sur de Asia o de países Latinoamericanos como es el caso de México. Con todo, su história también está marcada por mitos y medias verdades.

Más que un sabor en si mismo, el picante es una sensación que se percibe en la boca gracias a las terminaciones nerviosas receptoras del dolor (los nociceptores). Actúan ante ciertos compuestos como la capsaicina, la piperina o la allicina, cuyo común denominador es que son picantes. La reacción que producen es quemazón y picor en toda la zona de la boca, que sea más o menos desagradable ya depende del paladar. 

Pros y contras

Comer picante tiene beneficios para aquel que lo consume, siempre y cuando sea en cantidades moderadas y no esté contraindicado. Favorece ciertas digestiones; tiene un poder antibacteriano y antiséptico (es lo que ocurre, por ejemplo, con el wasabi japonés); activa la circulación y engaña al sistema nervioso al actuar como analgésico natural para algunas afecciones de tipo reumatoide o neuralgias. Por último, dentro de sus aspectos positivos, es un activador del metabolismo energético y se usa en ciertos tratamientos de pérdida de peso

Juega en su contra que un consumo excesivo resulta perjudicial para aquellas personas que sufren una úlcera gastroduodenal o gastritis. Tampoco es el mejor condimento posible para los que padecen el síndrome de intestino irritable o tienen problemas hepáticos. A las mujeres embarazadas les puede incrementar el reflujo y durante la lactancia también se recomienda un uso moderado. Igual que para los niños menores de seis años. 

Mitos falsos

Uno de los mitos más recurrentes es el indica que comer picante puede ser perjudicial para la salud del corazón. Todo lo contrario: tomar un alimento con esta característica mejora la circulación y, por ende, que se combate la inflamación de las arterias. Es decir, se recomienda para reducir el riesgo de sufrir ciertas enfermedades cardiovasculares. 

Otra de las afirmaciones es que propicia la aparición de las temidas y molestas hemorroides. Falso, la aparición de fístulas anales no está relacionado con esta parte de la dieta. Cuando ya han aparecido por alguna otra cuestión --restrñimiento habitual, embarazo, etc.-- sí que comerlo agrava la dolencia, pero solo si se padece la afección de antemano.  

Las verdades

Si estás resfriado, ingerir alimentos picantes puede ser una buena solución natural para despedirte de las consecuencias del proceso. La capsaicina es un antioxidante que ayuda a equilibrar la temperatura del cuerpo cuando hay fiebre, así como a favorecer los vasos respiratorios cuando se tiene congestión o cualquier otra afección del sistema respiratorio. Y aparece de forma nautral, precisamente, en la comida picante. 

Tomar este tipo de alimentos puede alargar la vida. Aunque cueste creerlo, entre las muchas propiedades de esta sensación en boca está el facilitar la conciliación del sueño, con lo que uno está más descansado y de mejor humor ya que se estimulan las endorfinas. Y un mayor descanso nocturno no solo produce más calidad de vida, también la prolonga.  

Aguantando el picor

Para rebajar la sensación de picante en la boca o la garganta existen ciertas fórmulas que han sido testadas y corroboradas. De entrada, es básico que la introducción de forma habitual a la dieta sea progresiva. Es decir, que se empiece por las intensidades más bajas y poco a poco se pase a otros productos de mayor intensidad. Si se acompaña de un plato graso, se compensará esta sensación. 

Beber agua es la peor opción para intenar acabar con la quemazón. La reacción será, precisamente, la contraria. Lo mejor es tomar un vaso de leche o un té helado, respirar fuerte por la boca para airear el paladar y, por último, comer algo con consistencia dura como galletas, pan o arroz. La boca recibe otras señales y no se concentra tanto en la intensidad del picor. 

Un vaso de agua no es lo más acertado para combatir el picante / MANKI KIM - UNSPLASH

Un vaso de agua no es lo más acertado para combatir el picante / MANKI KIM - UNSPLASH