Los que sean asturianos o les encante la maravillosa gastronomía de esta bella tierra están de enhorabuena. Aterriza en la ciudad condal un nuevo y curioso plato que seguro es del agrado de aquellos que prefieren la comida vegana: el cachopo elaborado con la misma esencia que el tradicional, pero en este caso sin nada de carne por ningún lado y solo con pimiento rojo asado y queso plant-baseda, que se reboza eso sí.
Una delicia que uno puede probar si se acerca hasta el restaurante vegetariano Teresa Carles que son los encargados de presentar esta innovación en la cocina que además se elabora con productos totalmente caseros. Es el caso de su queso, de producción propia, y que sale de su obrador en Lleida para sorprender a sus comensales gracias a su textura y sabor. Una sorpresa aún mayor cuando descubran que sirve de complemento perfecto para este plato asturiano.
Carta veraniega
Esta curiosa propuesta de cachopo vegano (que además se sirve acompañado con patatas Hasselback, salsa vegana Café de París y salsa vegana Caesar) forma parte de la nueva carta que el establecimiento está dando a sus clientes y comensales (junto con Flax & Kale) durante estos meses estivales. Todo un espectáculo culinario donde se incluyen además otras novedosas recetas entras las que se encuentran aquellas que versionan fielmente los platos de toda la vida de proteína animal, pero en versión vegetariana como no podía ser de otra manera.
Así pues, entre esas nuevas propuestas que uno puede encontrar estos días también se pueden probar las croquetas de pollo asado plant-based a base de soja texturizada (sin carne claro) o la Melanzane con ragú, mozzarella plant -based, salsa de tomate casera y albahaca. Esta última receta es algo así como un plato inspirado en la clásica musaka tan típica de la gastronomía griega, pero claro está en una versión preferiblemente para veganos.
El cachopo tradicional
Junto con las conocidas y afamadas fabes con almejas, el arroz con leche, los frixuelos y la sidra, el cachopo de ternera es otra de las señas de identidad de la gastronomía del Principado de Asturias. Si alguien no lo conoce (algo un poco raro salvo si no ha nacido en el territorio nacional) este plato es algo así como un San Jacobo tradicional de dimensiones gigantes (puede salirse del plato sin problema) o un Cordon Bleu pero algo menos sofisticado a simple vista; pero igualmente delicioso solo ya con el primer bocado.
Eso sí, estas comparaciones no son del agrado de algunos asturianos que defienden la identidad propia de este plato que, pese a tener unos pasos básicos en su elaboración, se prepara de manera muy distinta en cada casa o en cada restaurante al que se acude. Lo que permanece sin apenas cambios son los dos filetes de ternera empanados y que van rellenos de queso y jamón serrano. Un plato que, si ya de por sí es contundente y se suele servir para degustar por parte de dos o tres comensales, viene acompañado de patatas fritas, pimientos verdes y alguna salsa casera.
Paso a paso
Para los que se quieran animar ante familia y amigos y preparar un cachopo como dios manda de los de toda la vida en casa, estos son los pasos de la receta clásica que debe ir cumpliendo. Para seguir al pie de la letra esta elaboración, lo primero de todo y muy importante es preparar bien la carne y para ello lo mejor es escoger unos filetes de ternera que sean finos (y si son de la cadera mucho mejor ya que son más tiernos). De esta forma se podrán rellenar más fácilmente y se freirán sin problema alguno. Tras esto, ahora es el turno de sacar la harina, el pan rallado y el huevo.
A continuación, se sala la carne al gusto y se va colocando en una de las dos porciones la loncha de jamón y sobre ella el queso elegido. Se cierra con el otro filete y se aprietan bien los bordes para que todo quede uniforme. Ahora se pasa todo por el clásico rebozado de toda la vida y con cuidado se lleva a una sartén grande con una buena cantidad de aceite de oliva no demasiado caliente. Tras un par de minutos, con cuidado para que no se queme el rebozado y el interior quede crudo, se saca el cachopo a un papel absorbente para que suelte el exceso de aceite.