Cuando las temperaturas se disparan una buena idea (además de una recomendación de lo más saludable) es mantenerse hidratado. Un gesto sencillo que para aquellos que estén cansados de beber agua también se puede hacer con otras bebidas muy propias del verano y que resultan tan deliciosas como refrescantes. Es el caso de la sangría y la horchata, dos emblemas de la gastronomía patria y que, pese a que sus recetas no son demasiado complicadas, es bueno tener en mente algunos consejos para prepararlas de una manera perfecta.
Si se indaga en el origen de la sangría, hay que trasladarse hasta el siglo XVIII, cuando un religioso español escribió en su diccionario de castellano que esta bebida había sido inventada por los ingleses y que se tomaba con frecuencia en las colonias que éstos y los franceses tenían dispersas por América. También en las colonias españolas se hablaba de ella como una especie de limonada del vino. Por su parte, la horchata, pese a que es tan popular en la Comunidad Valenciana, nació en el antiguo Egipto, donde se bebía sobre todo por sus beneficios digestivos y desinfectantes.
La perfecta sangría
Nada de añadir los ingredientes a lo loco para preparar una sangría. Esta bebida, aunque sea sencilla, también tiene su protocolo para que salga como es debido. Y lo primero de todo es elegir el tipo de vino que mejor le va a esta preparación; lo mejor es que sea con algo de calidad y que tenga fuerza y carácter para darle sabor. Otra elección es si hacer la sangría con gaseosa, de limón o de naranja según los gustos de cada uno, y añadir este ingrediente al vino en una proporción equilibrada: dos tercios de este último y el resto de bebida carbónica.
Si uno quiere que sea una sangría algo más saludable, lo más recomendable es no añadir nada de azúcar, ya que estará dulce con los azúcares naturales propios de las frutas y de otros ingredientes. Estos elementos se añaden al final y se puede optar por piezas clásicas como la naranja o los limones, además de otras menos comunes como fresas y frutos rojos. El toque final lo dará alguna que otra especia, como por ejemplo la canela (pero en pequeñas dosis para no estropear el resto de la mezcla). A continuación, se sirve bien fría acompañada de un par de hielos.
El secreto de la mejor horchata
Si uno quiere preparar horchata de chufa casera como si hubiera nacido en Valencia, no se puede perder estos pasos que son básicos y primordiales. Así pues, lo primero de todo es poner las chufas en un bol con agua para dejarlas en remojo la noche anterior mientras están en la nevera. Ya sin agua y bien escurridas se trituran (con un robot de cocina será mucho más cómodo) y se añade agua hasta la mitad para formar como una crema densa que posteriormente se colará (lo ideal es hacerlo un par de veces) para que no queden ningún grumo.
Y poco más hay que hacer. Se añade o bien azúcar glass o bien el edulcorante que cada uno haya escogido (si quiere tomarla algo más ligera) y se deja reposar en la nevera para degustarla cuando esté bien fría y con la temperatura perfecta para refrescarse en las tardes de verano. Eso sí, lo más aconsejable es beberla antes de un par de días, que es cuando mejor está la horchata. Y si ya se quiere ser un valenciano de manual, nada como acompañar esta bebida con los típicos fartons (unos bollos alargados y esponjosos que llevan azúcar).
Otras bebidas refrescantes
Cuando el cuerpo pide líquidos, se pueden tomar limonadas, granizados y todo tipo de bebidas refrescantes que, como las dos anteriores, apenas tienen secretos para que salgan perfectas. En este sentido, se puede optar por una limonada clásica de toda la vida o bien alguna versión algo más sofisticada añadiendo unas rodajas de pepino; un granizado de café perfecto para después de una comida frente al mar o un té frío para refrigerarse de manera saludable.
Con las altas temperaturas casi mejor no optar por combinados con alcohol, ya que éste puede hacer que se sienta más calor. Sin embargo, no pasa nada si se añaden unas gotas para dar un toque de sabor a un preparado. Además de la sangría, en este caso se puede elaborar un delicioso rebujito de hierbabuena para terminar el día, un agua de Valencia o incluso un mojito para sentir que se está en una playa en un rincón paradisíaco.