Los avances tecnológicos permiten conocer cada vez más pronto y de manera más clara el sexo del bebé de las personas embarazadas. Pero aún así, hay quien es impaciente y quiere saberlo cuanto antes mejor.

Más allá de las ecografías existen diversos métodos caseros y tradicionales que permiten predecir si va a ser niño o niña, sin necesidad de la tecnología.

Hormonas y nauseas

Un embarazo implica muchos cambios hormonales y físicos, y depende cómo afecten se sabrá el género del bebé. Si aparece acné en el rostro se dice que será niña, si en cambio la piel se pone más radiante será varón.

Asimismo, si se tienen nauseas de frecuentes indica que es niña, como también lo indica la forma de la barriga. Como bien dicen los más longevos del país, si la panza es alta y redonda será una “ella”, si, por el contrario, mira al suelo y es algo puntiaguada, es un “él”.

La cabeza habla

Claro que las reacciones del cuerpo positivas no sólo implican que la criatura sea chico. Por ejemplo, si se padece muchos dolores de cabeza, es más que probable que la persona lleve un niño.

Pero el cerebro y, en concreto, el inconsciente también da señales. Eso sí, equivocadas. Básicamente, será a la inversa de lo que uno sueña. ¡Ah! Y también la postura para dormir es relevante. Si una se gira del lazo izquierdo para que no le moleste la barriga, tendrá un chico, y una niña si es del lado derecho. Lo mismo sucede con el crecimiento de los senos, si crece más el derecho, será nena, y a la inversa pasa si es el izquierdo.

Manos y pies

Todo el cuerpo habla durante el embarazo, especialmente las extremidades. Es importante fijarse en la temperatura de los pies, a más fríos más posibilidades de que sea un niño.

También hay una actividad que puede ayudar a conocer que viene. Olvidando que se conoce la siguiente información, pide de manera improvisada a alguien que te tire un objeto. No importa si se agarra o no, lo relevante es cómo se tenían las manos en el tiempo de espera: si las manos y palmas estaban a la expectativa y mirando al techo, el bebé es niña.

Cuestión de gusto

Los cambios hormonales y las nauseas también afectan al paladar y al estómago. Las personas que durante su embarazo tengan predilección por lo salado pueden empezar a pensar qué nombre le pondrán a su niño. Dulce, es síntoma de que es niña.

Si la rana y la orina servía antes servía para confirmar si se estaba embarazada, el primer pis de la mañana y el bicarbonato son claves para conocer el futuro sexo del bebé. Si al mezclarlos en un vaso salen burbujas es chico.

Niños y anillos

Es sabido que los más pequeños se quedan fascinados con las barrigas de las embarazadas. Tanto es así que muchos se acercan con la voluntad de tocarla. Si vienen más niñas que niños… efectivamente, será niño. Las leyes inversas de estos casos.

Algo más de infraestructura se necesita para realizar la prueba del anillo y el hilo, pero es bien conocido. Se trata de hacer un péndulo y colocarlo encima del vientre, si acaba teniendo un movimiento circular, señal que un nene está en camino, si es algo más recto será chica.

Aceite y ‘mates’

Si lo del péndulo no convence se puede optar por aplicar aceite en la barriga. Tanto da si es de oliva, coco, girasol o de lo que sea. Lo que uno debe mirar es si las gotas se precipitan rápido por la barriga, porque no habrá duda de que la persona lleva un niño. Si está estable, no.

También uno puede coger lápiz y papel y empezar a hacer cuentas. Se trata de sumar cada una de las cifras de la edad de la mujer (es decir 3+2, si se tiene 32 años y así con el resto de números), el mes en que ésta nació y el que quedó embarazada. Un número par indica que es niña.

Calendarios

Y si se trata de hacer cálculos, nada mejor que acudir a calendarios de culturas milenarias. Los chinos tienen una tabla en el que sólo es necesario saber el mes en que la mujer quedó embarazada y la edad lunar de ese momento. Pero ¡atención! Los años lunares tienen menos días que el tradicional, ya que cada mes es de 28 días, como el periodo de las mujeres.

Un esquema muy parecido tienen los mayas. Pero ellos no tienen en cuenta los años lunares, sino los años que se tienen cuando se concibe el bebé y el mes del año.

El repollo y la orina

Por último vuelve a aparecer la orina de la mañana, pero no hace falta bebérsela como recomendaba un famoso presentador de la televisión. Eso sí, es importante que se use la primera micción del día y se guarde.

Lo que se debe hacer es cortar el repollo en trozos y ponerlos en agua caliente durante diez minutos. Luego cuela el líquido y déjalo enfriar. Tras esto, mezcla en las mismas cantidades el orín y el agua del repollo. Si el color tiende al rojo será niño, si se acerca al morado niña.