Cavar tumbas, un nuevo castigo por negarse a llevar mascarilla

El uso obligatorio de la mascarilla no agrada a todo el mundo, pero en muchos países es ley y por tanto se debe cumplir. Los que la desobedecen se enfrentan a sanciones, como es el caso de España, o bien a cavar o limpiar tumbas, si uno se encuentra en Indonesia.

Las autoridades de Gresik, una municipalidad en la isla de Java, señala que ofrece dos opciones a los anti-mascarilla: o pagar la multa de rigor o realizar servicios sociales, entre ellos el ya citado castigo, aunque también pueden optar a limpiar calles o alcantarillas, e incluso hacer flexiones.

Limpieza y cavado de tumbas

Pero eso no es nada comparado a la pena que cumplieron 21 personas el pasado 25 de junio: limpiar el cementerio u otras ocho que, este 9 de septiembre, han tenido que cavar tumbas para los muertos a causa del Covid-19 al que ellos desafían. Lo hacen en parejas, durante 8 horas al día, y mientras uno abre el agujero con una pala, el otro coloca dentro las tablas de madera sobre las que se deposita el cuerpo.

El jefe del distrito de Cerme en Gresik, Suyono, asegura que los el nuevo castigo surgió de forma "espontánea” porque por entonces hubo una muerte por la enfermedad en la zona. El trabajo es sin mascarilla, porque supone un esfuerzo físico. Al finalizar se les ofrece una a cada uno, luego tienen "que observar el funeral desde la distancia", aseveran.

Un cementerio con trabajadores preparados para evitar contagios del Covid / EFE

Ideas originales

La idea ha calado entre las autoridades locales que, este lunes, castigaron a otra docena de infractores a cavar tumbas. Finalmente, les conmutaron la pena por limpiar la plaza de la localidad. Aun así, no descartan que vuelvan a obligar a excavar sepulturas a quienes no porten el cubrebocas.

Desde que empezaron el pasado junio a imponer castigos a quienes no lleven barbijo, ya son 29 personas quienes han sido condenadas a limpiar o cavar tumbas, 700 han tenido que limpiar alcantarillas y sólo 70 pagaron una multa.

Medidas de prevención

Esta no ha sido la única propuesta original para combatir los contagios, el pasado abril en Purworejo, otra localidad de Java, dos indonesios salieron a la calle disfrazados de pocong, un fantasma del folclore local, para evitar que los vecinos salieran de sus casas.

Indonesia, con 267 millones de habitantes, mantiene sus fronteras cerradas a los turistas y ha registrado más de 233.000 contagios y 9.222 muertos por el Covid-19. Durante la pandemia, el país obliga a sus ciudadanos a llevar mascarillas y aplica medidas de ámbito nacional como restricciones de viaje y distanciamiento físico. Todas ellas se combinan con otras iniciativas locales como las ya citadas para evitar que aumenten los casos y frenar la expansión del coronavirus SARS-CoV-2.