Nada más mediterráneo que un buen pa amb tomàquet o, como se conoce popularmente fuera de las fronteras catalanas, pan tumaca o pan con tomate. Esta elaboración es muy sencilla, barata, nutritiva y está deliciosa, pero, como a todos, le han salido imitadores que distan mucho de la verdadera receta original del pa amb tomàquet. Su proceso de elaboración requiere de algunos gestos y sobre todo de un tipo de ingredientes muy concretos para que salga exactamente igual que la versión original catalana.
No sirve cualquier tipo de pan, ni tampoco cualquier tipo de tomate. En muchos hogares se bate el tomate y se echa por encima del pan, pero el verdadero pan tumaca no se prepara así. De hecho, es habitual que los turistas sientan algo de confusión cuando piden esta elaboración en un bar o restaurante y les llevan los ingredientes por separado para que lo preparen ellos mismos. En Cataluña no es nada raro verlo así, por eso es aún más interesante conocer cuáles son las verdaderas normas para tomar el pa amb tomàquet.
Ingredientes
Como se ha comentado al principio de este artículo, no sirve cualquier ingrediente. Se necesitará pan payés, si se busca crear la receta original. Este tiene que estar bien tostado y ser de miga gorda a ser posible, sin llegar a quemarse, pero con el punto justo de crujiente en los bordes. Se debe tostar para que, a la hora de restregar el tomate, no se rompa la miga o se empape demasiado y termine por ponerse demasiado blanda. También se necesitará sal y aceite de oliva.
Por supuesto, junto con el pan, el otro ingrediente imprescindible y gran protagonista en esta elaboración es el tomate. Se recomienda utilizar tomate rama o de colgar. Esto es debido a que tienen menos agua en la pulpa, un sabor más intenso y una acidez menor que otros tipos de tomates, pro lo que resultan perfectos para preparar el pa amb tomàquet con el punto justo de sabor que se le debe dar. Además, son fáciles de restregar y de separar la piel del resto del cuerpo del tomate sin esfuerzo.
Preparación
El primer paso, como se ha comentado, es tostar el pan. Una vez que ya está listo, se espolvorea un poco de sal. Este punto va al gusto (y también según las necesidades médicas de la persona), pero lo ideal es repartir un poco de sal por todo el pan tostado. Se hace en este punto y no al final porque, de este modo, la sal no se nota tanto y sirve para que el tomate extienda bien sobre la superficie cuando se vaya a restregar. En algunos lugares se corona la preparación con sal, pero no es lo correcto.
Una vez está listo el pan y la sal, se procede a restregar el tomate. Se deben cortar de forma transversal y agarrar firmemente por la parte de la piel, dejando la zona de la pulpa sobre el pan. Se restriega con fuerza, con cuidado de no romper la miga, hasta que se queda todo bien empapado y en la mano solo permanece la piel, que se deshecha. Por último, se añaden a modo de coronación unas gotas de aceite de oliva, la cantidad y la variedad puede ser al gusto del comensal, aunque mejor no excederse para no quitarle protagonismo al tomate.
Algunas recomendaciones finales
Aunque es habitual tener la visión del pan con una capa gruesa de tomate triturado o batido, lo cierto es que esta es una variación de la receta original. El auténtico pa amb tomàquet catalán simplemente empapa el pan y deja una fina capa rojiza sobre él. No importa tanto la cantidad de tomate como que el pan quede bien empapado.
Se puede tomar en el desayuno, como entrante o como merienda y es una de las preparaciones imprescindibles en todo hogar catalán. Aunque ya se ha comentado cuál es el mejor pan o el mejor tomate, falta hablar del aceite. Si no se sabe qué aceite escoger, el más versátil es la variedad picual, con sabor suave y sin notas de sabor añadidas para no restar protagonismo al resto de ingredientes.