De manera habitual se ha ilustrado el calor extremo en el planeta con los desiertos, con dunas gigantes de arena y nada de vegetación ni de nubes en el cielo. Por otro lado, los polos del globo han servido para el caso opuesto, con temperaturas bajo cero, parajes nevados y glaciares emergiendo del océano. Es por ese motivo por el que sorprende que se produzcan estampas con un desierto nevado, algo que podría parecer imposible, pero que ha sucedido a principios de año en el Sáhara. Un hecho que ha sido fotografiado por Bouchetata Karim.
No es la primera vez que nieva en el desierto del Sáhara, donde las temperaturas pueden llegar a superar los 50 grados centígrados. Aunque no es algo habitual, encontrar estampas de arena cubierta por nieve se debe a una razón puramente climática, ya que la amplitud térmica entre el día y la noche es muy alta. En invierno, estos cambios se acentúan todavía más, pudiendo caer hasta los -15 grados centígrados, una temperatura que, acompañada de nubes, provoca el extraño fenómeno de ver nieve en el desierto.
¿Cómo puede nevar en el desierto del Sáhara?
La primera cuestión que surge cuando se piensa sobre la posibilidad de nieve en el desierto es el origen del agua que días después se precipitará en forma de copos. Aunque el desierto del Sáhara no tenga grandes masas de agua, tanto el mar Mediterráneo como el océano Atlántico pueden ser el origen de las nubes que viajarán hasta el desierto. El mar que baña Cataluña suele ser el origen de estas masas de aire húmedas que viajan hacia el sur y que, en caso de no chocar contra la formación montañosa del Atlas, pueden llegar a provocar las nevadas.
La última vez que se registró este fenómeno en el desierto del Sáhara fue el 17 de enero de 2012, así como en enero de 2005 y en febrero de 1979. El desierto africano no es el único que ha visto su cálida arena cubierta por el manto blanco, ya que el desierto de Gobi o el de Atacama, conocido por ser el más árido del mundo, también cuentan con fotografías similares.