A principios de año, un informe de Mastercard recogía como un 17% de los ataques informáticos en España se concentraron en el mundo financiero. Gran parte de estos movimientos van dirigidos a obtener la información financiera y los equipos físicos utilizados por los trabajadores de las empresas. El mismo estudio describe como casi la mitad de los ciberataques son realizados por los denominados black hat hackers, gente que trabaja de forma independiente o en grupos pequeños y cuya principal finalidad es el beneficio económico.

También existen los delincuentes relacionados con países y organizaciones de carácter ideológico. En este contexto, compañías como Fourthline adquieren una posición de liderazgo en el mercado. "Compartimos fácilmente nuestros datos. Hoy en día es muy habitual encontrar los datos de identidad, de cualquier forma, en nuestra cuenta de correo y eso allana el camino para los estafadores", describe Pierre Matta, responsable del negocio de Fourthline en Francia y el Sur de Europa.

El atractivo de Barcelona 

Con sedes en Ámsterdam y Barcelona, la compañía fintech impulsa soluciones de verificación de identidad con el uso de la inteligencia artificial para garantizar la seguridad en las operaciones financieras. Concretamente, en la capital catalana, Fourthline tiene una plantilla de 120 personas, formada principalmente por analistas e ingenieros. "Barcelona tiene muchos atractivos y por esa razón tenemos muchas peticiones de traslado de nuestros trabajadores", añade Matta. En este sentido, a partir de los datos de Savills, la ciudad ocupa la séptima posición en el ranking de lugares más atractivos para atraer el talento tecnológico.



Según datos de la Generalitat, el ecosistema digital de Cataluña mueve una facturación de 34.700 millones de euros, una cifra que representa el 13% del PIB de la comunidad autónoma. En cuanto a la ocupación, la actividad genera 185.851 puestos de trabajo. Volviendo a la actividad de Fourthline y el papel del ojo humano con la influencia de las máquinas, Pierre Matta visualiza el aspecto humano como "primordial, por qué los algoritmos no son capaces de detectar las nuevas tecnologías".

Imagen de archivo del directivo de Fourthline, Pierre Matta Cedida

Respecto a la tipología más común de los delitos, el directivo considera que los fraudes "son más recurrentes por la cantidad y no tanto por la calidad". La mayoría de estas actividades tienen su origen en las identidades fabricadas en la dark web. Más allá de las fintech, recientemente, las administraciones públicas y otros actores del ecosistema trabajan para actualizar el reglamento de la Unión Europea sobre la Identificación Electrónica. Un ordenamiento jurídico que pretende respaldar el derecho de los ciudadanos a trabajar, de forma segura, con una identidad digital.

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