Los teléfonos inteligentes, ya sean Android o iPhone, cuentan con sistema de conexión por Bluetooth. Aunque este goza de muchas bondades, no es, para nada, perfecto o infalible contra ataques maliciosos. 

Uno de los fallos de seguridad en los que uno podría caer sin darse cuenta es el bluesnarfing, una técnica con la que se puede sustraer información del dispositivo, en el caso de que alguien obtenga la clave de identificación de la conexión Bluetooth. De hecho, el nombre se compone de los términos "bluetooth" y "snarf", que significa utilizar algo sin permiso. 

La "matrícula" del teléfono

Para que un dispositivo se pueda conectar con otro, sin cables, es necesario tender un puente. A través de este, es necesaria una identificación para que los dos terminales se puedan reconocer. 

Esa identificación es posible gracias a un código que todo terminal tiene. Si una persona no autorizada se hace con este, puede entrar y romper la seguridad del dispositivo. 

Una persona hablando por teléfono Archivo

Sustracción de datos

Con este código, la "llave maestra", la persona atacante podría acceder a datos sensibles, como contactos o contraseñas. 

Eso sí, es un ataque que sólo se puede dar si quien lo perpetra está dentro de un radio máximo de diez metros del teléfono, ya que este es el alcance máximo de la señal Bluetooth.

¿Cómo protegerse?

La protección frente a este tipo de ataque es sencilla. Lo más recomendable es tener la conexión Bluetooth apagada cuando no esté en uso, pero también se puede desactivar la visibilidad del dispositivo. 

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Sin embargo, que no cunda el pánico. Si se mantiene el dispositivo actualizado siempre a la última versión de sistema operativo compatible y si no se aceptan solicitudes de conexión que no se reconozcan, se minimiza muchísimo que el terminal se vea afectado. 

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