Unos desarrolladores de Alemania han lanzado una memoria USB externa que es capaz de almacenar datos durante 200 años y la han bautizado como "Blaustahl Storage Device". ¿El problema? Su capacidad de almacenamiento es irrisoria: tan sólo 8 KB.
No obstante, aunque no sea posible guardar ni una sola foto en esta memoria, sienta las bases para nuevos tipos de tecnología que podrán llegar en un futuro. Además, las criptomonedas desempeñan un papel importante a la hora de usar un dispositivo de este tipo. Pero, ¿qué tiene que ver un bitcoin con un USB?
La tecnología
¿Para qué molestarse en fabricar una memoria con la que no se puede guardar casi nada? Lo relevante está en la infraestructura: bajo consumo de energía, velocidad muy alta y soporte de temperaturas que llegan a 85 grados.
De hecho, supera los registros de lectura y escritura de datos de las memorias más rápidas que existen en la actualidad, y que son capaces de almacenar grandes cantidades de datos.
El uso
¿Qué se puede hacer con 8 KB? Hace treinta años, incluso un videojuego podía caber en esa cantidad y sobraba espacio. Ahora el foco no está en guardar contenidos audiovisuales, sino documentos o archivos que pesan muy poco.
Las criptomonedas se unen a la ecuación, en el ámbito de las contraseñas de carteras virtuales. Escribir un documento de texto plano con unos pocos caracteres resulta en un archivo de muy poco peso. También, es ideal para conservar credenciales u otras contraseñas muy sensibles.
Ciberseguridad
Aún queda un ámbito muy importante a tener en cuenta: la seguridad del "almacén".
De acuerdo con los fabricantes, esta memoria será capaz de integrar sistemas de cifrado que van a mejorar la seguridad de los archivos. De forma nativa, las memorias actuales guardan, pero no cifran. Por ello, es también un paso muy importante.