Google ha confirmado que los 2.596 documentos que se filtraron sobre su funcionamiento son ciertos. Por primera vez en la historia de internet, salen a la luz los secretos más preciados de la plataforma. Eso sí, con muchos matices de por medio.
Si bien se observan cuáles son las claves que usa Google para funcionar, no se acaba de esclarecer cuándo se usa un elemento u otro. Pero sí que se vislumbran respuestas a dudas como el criterio de órden de búsqueda, o las penalizaciones en visibilidad. Si se tratase de una receta de cocina, se tienen los ingredientes. Ahora faltan las medidas y proporciones de cada uno, o el órden en el que van.
Google le da importancia a esto
¿Qué es lo que prioriza Google? Para que el buscador suba una página lo más arriba posible, los documentos hacen énfasis en el CTR, que es una métrica basada en los clics. Es decir: la cantidad de veces que se ve el contenido, en relación con la cantidad de veces que se pulsa en él.
Los enlaces son otra de las piedras angulares. A Google le gusta que estos dirijan a los lectores, tanto dentro como fuera de la página en la que se está consumiendo dicho contenido. También hay un componente humano muy importante: la atención. Si alguien pasa más tiempo dentro de una misma web, consumiendo el contenido, el buscador detecta que eso genera interés. A más interés, más calidad.
Otros datos
Se vislumbra que Google tiene una especie de "lista blanca", en la que excluye a ciertas páginas, para que estas siempre aparezcan en las posiciones más altas. Uno de los ejemplos que se mencionan es durante la pandemia de COVID-19, cuando se situaban las webs oficiales en la cúspide.
Del mismo modo, también se observa que se hace uso de los datos de los navegadores Chrome, a pesar de que, de forma oficial, hayan dicho que esto no es así. No obstante, no se sabe a ciencia cierta cuán es esa proporción, a la hora de aplicar este factor.
Lo que no gusta
Antiguamente Google usaba un sistema de referencia de citas, para posicionar una web. Esto, sin embargo, es algo que ya no es así, o al menos de forma oficial, ya que sí hay constancia de que los autores que escriben, siguen siendo un criterio de referencia. Se entendía, en un primer momento, que cuánto más se citaba un sitio web (enlazándolo), más reputación y calidad tenía. Pero esto degeneró en una práctica de conseguir enlaces a mansalva, sin importar la calidad del contenido.
Por otra parte, el famoso SEO (optimización de búsquedas) es algo que se ha girado en contra de muchos: a Google no le gustan las webs que se llenan, de forma artificial con palabras clave, y además, en estructuras de lenguaje que resultan forzadas y carentes de sentido práctico.