Carme Artigas (Vilassar de Mar, 1968) es ingeniera química, experta en inteligencia artificial y big data. Cofundó Synergic Partners, una startup tecnológica que años después adquirió Telefónica, momento en el que la profesional inició su etapa como inversora para impulsar otros proyectos emprendedores. Esta era su ocupación hasta que en enero de 2020 asumió la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, desde donde se diseña gran parte de la estrategia para afrontar los retos tecnológicos del país. Esta semana ha participado en el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona para presentar las últimas actuaciones del Gobierno en la agenda digital.
- Pregunta: ¿Cómo valora el primer MWC organizado en Covid?
Respuesta: Ha sido un gran acierto. Necesitábamos esta catarsis para dejar atrás los períodos más duros que hemos sufrido y vislumbrar el inicio de una nueva etapa. Ha reflejado las ganas de relanzar la economía con el protagonismo de lo digital, la inteligencia artificial y el desarrollo económico como principales motores de transformación económica y social. El Back together, back to business y back to Barcelona; el volver a reconectar de manera humana en la antesala del gran MWC que se celebrará en febrero.
- Ha sido la edición con más protagonismo de las empresas y startups...
Ha demostrado que hay un tejido empresarial y emprendedor en nuestro país de altísimo nivel. También ha dado una gran lección de cómo pueden ser las ferias del futuro. En formato híbrido y con menos importancia de las grandes conferencias, que se pueden seguir online, y con más espacios de networking y de relación. Lo que hemos echado en falta durante la pandemia.
Además, se ha demostrado que el sector es muy maduro. En lugar de hablar de la conexión y las redes del 5G, se han visto muchos casos de aplicaciones prácticas, así como el uso de inteligencia artificial.
- También se ha hablado mucho de regulación. ¿Los europeos nos debemos resignar a depender cada vez más de la tecnología asiática?
No nos resignamos. De hecho, lideramos el debate del humanismo tecnológico. El lunes pasado yo misma moderé un debate entre Yuval Noah Harari y Juan Luis Arsuaga, un encuentro organizado por la Digital Future Society, sobre las grandes preguntas y debates que nos debemos hacer ante el desarrollo de la inteligencia artificial y los retos éticos y sociales que suponen. El debate lo lidera España. En Europa, la carta de derechos digitales de la ciudadanía es la base de la regulación y la queremos liderar a nivel internacional.
Europa no dice que va a copiar del modelo de desarrollo americano y chino, va a proponer al mundo una manera distinta de hacer las cosas. Fuimos pioneros en la protección de datos con la GDPR y ahora trabajamos para que la inteligencia artificial sea compatible con la ciudadanía, que es la propietaria de los datos.
- En España, la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, ha anunciado que presentará la ley de startups. ¿Cuándo será una realidad?
La idea es presentarla lo antes posible y sacarla a audiencia pública antes de verano para que después siga su trámite parlamentario. Ha sido un trabajo ingente en el que han estado involucrados prácticamente todos los ministerios, ya que va a afectar a muchas leyes. Será una herramienta que dinamizará el espíritu empresarial y la capacidad de emprendimiento a este país.
- Se han marcado el reto de pasar del 19% al 40% del impacto sobre el PIB de la economía digital. ¿No es audaz hablar de estas cifras?
Los planes transformadores que disponemos tienen muchísima inversión. La clave es que se destinen a cosas que impacten, que resuelvan problemas concretos de personas, colectivos y empresas concretas. Todo lo que hacemos es muy finalista.
- ¿Qué planes? ¿Los de digitalización de pymes?
Hay varios, ya que vamos a todas. Hay muchas cosas pendientes que se deben hacer a la vez. La estrategia España Digital 20/25 incluye cinco grandes planes. Pronto vamos a sacar ayudas de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Contamos también con el Plan Nacional de Competencias Digitales, con 3.750 millones de euros de inversión; el Plan de Digitalización de las Pymes, con 4.656 millones en todas la acciones que se lleven a cabo, de los que 3.000 se desinarán a Acelera Pyme; y 2.600 millones para el Plan de Digitalización de Administraciones Públicas. Habrá también 500 millones para el desarrollo de la industria de ciberseguridad del país, entre otras iniciativas.
En el MWC he hablado por primera vez de la convocatoria de Compra Pública Innovadora, con 224 millones en tres años. Ya lo hemos lanzado y servirá para adquirir productos y servicios en etapa precomercial de las empresas de nuestro país. Queremos que tengan mayor músculo y contar con compañías de mayor calado.
- Son cifras muy ambiciosas
Hemos elevado la ambición del país. Pero, por primera vez, tenemos la garantía de que disponemos de unos recursos únicos a nivel financiero y los tenemos que aprovechar. No para realizar cambios coyunturales para volver donde estábamos antes de la pandemia, sino para situar a España en una situación distinta y mejor preparada para el futuro. Teníamos claro que estas transformaciones iban a ocurrir y debemos aprovechar esta oportunidad para generarlas y hacer en tres años el trabajo de diez en digitalización. Si no avanzamos ahora, seguiremos rezagados.
- ¿La capacitación digital también debe ayudar a reducir el 38% de paro juvenil?
Así es. El foco está puesto de forma especial en el desempleo juvenil y la necesidad de dar habilidades digitales a los jóvenes desempleados. De hecho, vamos a dedicar una parte importante de este plan de competencias digitales a formarlos para, justamente, aumentar su empleabilidad.
- ¿Han calculado cuál es el roto económico de la falta de talento digital en España?
Las empresas nos dicen que hay cuatro veces más demanda que oferta. Un reciente estudio de la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación BASF señalaba que solo en el sector de los servicios de consultoría, en España se pedían más de 350 millones de euros de facturación anuales porque faltaban 3.000 empleos. Esto no puede ocurrir con el paro juvenil estructural que tenemos.
Hay capacidad para crear dos millones de puestos de trabajo de alta capacitación en cuestiones como la ciberseguridad y la inteligencia artificial y no es de recibo que el país no pueda responder a ello porque necesita talento. Es una demanda urgente del sector y nosotros nos hemos puesto en marcha.
- ¿Cómo?
Se debe diferenciar entre la competencia básica que la ciudadanía necesita, ya que el 42% de la población no las tiene. A finales de 2025 queremos que el 80% las adquiera, asegurando que el 50% sean mujeres para cerrar la brecha de género que siempre existe en el mundo digital. Pero, sobre todo, debemos formar a especialistas. Los nuevos empleos van a ser de alta capacitación. Hemos lanzado desde programas de becas o creación de cátedras a colaborar con las universidades.
También captamos centros internacionales de I+D+i. España se ha convertido en un destino de inversión en centros de inteligencia artificial. Y el talento llama al talento, lo hemos visto en Barcelona pero también en Valencia, Málaga, Granada o País Vasco. Nos convertimos en un territorio atractivo por su alta calidad de vida y por su equilibrio entre los costes y el talento para ubicar grandes centros de investigación. Ya hay empresas que han hecho anuncios en este sentido y pronto tendremos otros. Estoy convencida de que seremos capaces de generar este talento de alta cualificación que necesitamos para relanzar la economía y la industria.
- Otro de los problemas de nuestro país es que a las startups les cuesta crecer hasta convertirse en unicornios. ¿Por qué ocurre?
Tenemos muy claro el diagnóstico. Casi el 80% del capital riesgo del país se dedica al llamado early stage de las startups. Actualmente, a una persona con una idea no le es difícil buscar financiación para su primera ronda de inversión.
El problema llega cuando tienes que pasar a la fase de scale up, lo que llamamos series B. Inversiones de cinco o diez millones de euros. En España no hay capital riesgo dedicado a ello y diría que en Europa, tampoco. Es una situación urgente para revertir. Somos conscientes de que debemos facilitar el acceso a capital para crear unicornios europeos en el ámbito digital y evitar así que nuestras empresas se vayan a EEUU o se vendan baratas. O que se tengan que buscar la financiación fuera de Europa.
- ¿España también va a apostar para ello?
Vamos a crear una herramienta, el fondo Nextel, que se va a anunciar antes de verano de la mano de la ley de startups. Estará dedicado a las scaleups para que ningún gran proyecto en España se quede sin financiación. Para permitir a las compañías crecer al máximo nivel. También lanzaremos una línea específica de Enisa para mujeres emprendedoras, ya que el nivel horizontal lo tenemos siempre en cuenta
- ¿Cómo impulsarán también programas de ‘upskilling’ o ‘reskilling’?
Forma parte del Plan Nacional de Competencias Digitales, pero está liderado por el Ministerio de Industria, ya que formamos a gente que ya tiene trabajo para hacerles más competitivos. Hay fondos dedicados al refuerzo laboral.
- ¿Han tenido problemas con las burocracias ministeriales y el choque entre departamentos?
No. Hemos hecho una labor ingente, y en el año de pandemia. Primero, tuvimos que definir planes de choque para resolver las dificultades de país para afrontar la crisis sanitaria desde la brecha digital. Al mismo tiempo, trabajamos para el futuro. El diseño, la definición de la agenda digital, de los cinco planes y del España Puede con todos sus proyectos. Todo ello, con la colaboración y el acuerdo de todos los ministerios. Si alguien tiende dudas, que se baje el resumen ejecutivo.
De aquí a finales de año debemos tener claro cómo se ejecuta. España es el primer país que ha obtenido el visto bueno de Bruselas a su plan de recuperación. Calculamos que será el primer país en la recepción de fondos, por lo que debemos agilizar procesos internos y montar todos los equipos para la ejecución. Y eso es nuestra labor.
- ¿Realizarán alguna auditoría interna como les pide la oposición?
Todos los mecanismos de transparencia y control son exhaustivos, que nadie dude de ello. No hay nada distinto de lo que se ha hecho siempre pero, además, en la gestión de estos fondos existe una oficina elevada a la categoría de secretaría de Estado adicional. Si hay fondos bajo escrutinio, serán estos, y a nosotros nos da una garantía jurídica de todo lo que ejecutemos. Nos piden ser ágiles, pero lo hacemos sin saltarnos ningún control porque estamos convencidos de que así se hacen las cosas.
- El Ministerio de Economía, el de Trabajo o el Instituto Nacional de Estadística han sufrido en poco tiempo ciberataques graves que han inutilizado sus servicios. ¿Hay que revisar la seguridad de las instituciones?
España está en la cuarta plaza del ránking mundial de ciberseguridad y en la segunda a nivel de la Unión Europea. Cuenta con altísimos niveles de ciberseguridad en sus Administraciones Públicas, aunque hemos sufrido ataques muy dirigidos y segmentados que han tenido repercusión en pérdida de datos. Debemos ser conscientes de que el riesgo cero no existe, pero no hemos sufrido ataques como en EEUU o Alemania.
A medida que crece la transformación digital crecen los perímetros de riesgo. Por ello debemos concienciar a las personas y a las empresas de que se doten de mecanismos de protección. Por eso hemos lanzado un plan ambicioso en este sentido y hemos puesto en marcha el número 017 para que cualquier empresa pueda denunciar riesgos. Vamos a hacer muchas campañas de concienciación, formación y de dotar de herramientas. Vamos a invertir en el sector, pero también para que España cuente con una industria de ciberseguridad potente en el ámbito privado. Todo ello, sin olvidar que el cibercrimen es en estos momentos el número uno de ingresos. Ha superado el narcotráfico o la prostitución. Con todo, en España estamos tranquilos. Esto forma parte del mundo que viene y tenemos que protegernos y prevenir.