El 5G no solo tiene aplicaciones para la industria, el comercio o los servicios públicos. También puede mejorar la conducción tanto en ciudades como en espacios abiertos y alfombrar la llegada de los coches autónomos. Actualmente las principales marcas del sector están realizando las primeras pruebas piloto de esta tecnología, que no se generalizará hasta que las redes 5G autónomas sean una realidad.
Esta revolución sobre ruedas ha centrado un coloquio entre expertos en telecomunicaciones y automoción en el Mobile World Congress (MWC). Johanne Springer (Deutsche Telekom), Abel Carbonell (Applus+ Idiada), Nicolas Damour (Sierra Wireless), Bernardo Campillo (Telefónica) y Spencer Roseng (Samsung) han debatido sobre el futuro de la conducción en un entorno hiperconectado.
"Los coches hablarán entre sí"
La referencia a la hiperconectividad no es gratuita. "En el futuro los coches podrán hablar entre sí e interpretar señales de otros automóviles", ha declarado Roseng. Este intercambio de datos servirá para prevenir accidentes, indicando la presencia de vehículos en los puntos ciegos de los conductores, pero también para profundizar la experiencia al volante mediante el procesamiento de información ambiental como obras en la vía pública o semáforos averiados.
Pero para que este escenario sea factible se requiere una tecnología que permita el intercambio de datos con eficacia y velocidad. Este es el nexo de unión con la conectividad de baja latencia, tal y como ha explicado el directivo de la operadora alemana: "El 5G aumenta la conexión no solo entre vehículos, sino también con la nube, la red y anticipa la llegada de los coches autónomos".
Coches autónomos
Precisamente, la fabricación de coches sin humanos al mando necesita esta transferencia continua de información entre máquinas, contexto y humanos. Entre las ventajas enumeradas por Springer, el directivo ha incluido el posicionamiento preciso de los automóviles, informará sobre la densidad del tráfico, permitirá trazar un mapa sobre las incidencias en la carretera y, aún más importante, comunicará por adelantado las posibles situaciones de inseguridad.
Sin embargo, la generación siguiente al 4G aún tendrá que esperar para su incorporación completa a los coches autónomos. Antes llegarán funcionalidades en apps o en los propios vehículos que mejorarán el día a día de los conductores.
Aplicaciones al volante
Carbonell ha puesto como ejemplo un desarrollo de Applus+ Idiada que controla el posicionamiento de los semáforos para que los ciudadanos puedan regular la velocidad de su conducción, mientras que Damour ha destacado que también tendrá beneficios sobre el transporte intermodal o la búsqueda de plazas de estacionamiento en una ciudad.
Un nuevo mundo de posibilidades que solo será posible si, como han concluido los ponentes, la industria automovilística y las telecos unen fuerzas para desplegar el 5G en las carreteras.