El Govern pisa el acelerador para liderar la carrera europea por el internet cuántico. La Consejería de Investigación y Universidades, en manos de Gemma Geis (Junts per Catalunya), ha heredado la carpeta de I+D de la anterior secretaría del Departamento de Empresa que aspira a recibir el maná de los fondos europeos.

Entre las ocho iniciativas del expediente, se halla una propuesta rotulada como Hacia un internet cuántico europeo. Fuentes de la consejería han explicado a Crónica Global que el proyecto está pendiente de aprobación y carece por el momento de una fecha de arranque. Pero ya se ha gestado un clúster de empresas e instituciones académicas para materializar una tecnología que promete transferencias de datos instantáneas.

Fachada del ICFO (Instituto de Ciencias Fotónicas), que coordina el proyecto del Govern de Internet cuántico / WIKIPEDIA

Proyecto a largo plazo

La idea de los promotores es que el proyecto tenga tres años de implementación (2021-2024) y que entre en funcionamiento en infraestructuras informáticas del área metropolitana de Barcelona. Precisamente, uno de los rasgos diferenciales de esta prueba piloto --frente a otras como la de la Universidad de Delft en los Países Bajos, que logró interconectar en abril tres aparatos cuánticos por primera vez en la historia-- es que pretende desplegarse sobre una red mucho más extensa.

Al margen de estos objetivos ambiciosos, los impulsores matizan el alcance del programa para no generar falsas expectativas: "Los ordenadores cuánticos serán complementarios a los sistemas informáticos habituales. Serán una especie de super CPU, pero no sustituirán al PC convencional", cuenta Víctor Canivell, cuya empresa Qilimanjaro es una de las startups catalanas líderes en aplicaciones de computación cuántica.

Futurismo y realismo

Ordenadores que tardarán años en llegar y que tendrán unos usos muy concretos. "Es una tecnología que mejora la seguridad y la privacidad. Actualmente hay una transición en la criptografía y, en este contexto, la informática cuántica puede mejorar la seguridad de las infraestructuras", informa Carlos Abellán, consejero delegado de Quside.

Por tanto, no se trata de una tecnología masiva ni en sus aplicaciones ni en su público. Ni siquiera en su apariencia, ya que al hablar de ordenadores cuánticos no se habla necesariamente de dispositivos físicos, sino de máquinas lógicas ubicadas en la nube. Sin embargo, Morgan Mitchell, científico del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), realiza un ejercicio de futurismo: "El desarrollo de nuevas tecnologías siempre procede por pasos, de la idea inicial a los prototipos, de la validación en escenarios relevantes al consumo industrial. Este proceso puede llevar décadas".

Fortalezas

Al frente de la operación se halla precisamente el ICFO, que coordina los esfuerzos compartidos del sector público y privado. Mitchell vincula el proyecto con el hub QuantumCAT, una organización que pretende acelerar la adopción de esta tecnología en Cataluña y que también lidera el físico de origen estadounidense.

"QuantumCat es similar a otras iniciativas de tecnología cuántica, pero se apoya sobre las fortalezas de nuesa región. Las universidades catalanas y centros de investigación han sido líderes durante bastante tiempo en la ciencia básica que subyace a esta tecnología, y muchas startups están desarrollando tecnologías para el mercado de masas", comenta Mitchell.

Plantel de startups

La apuesta se apoya sobre empresas emergentes como QuSIDE, LuxQuanta, Sateliot, Qurv, Qilimanjaro, InfyQ y JustQu para complementar el trabajo académico del ICFO y de otras instituciones como BSC-CNS (Barcelona Supercomputing Center), IFAE (Instituto de Física de Altas Energías), ICN2 (Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología), UAB, UB y UPC.

Los emprendedores ven la llegada de capital comunitario como una oportunidad para pegar un salto tecnológico. "La fibra óptica todavía tiene el problema que de solo se pueden distribuir datos hasta 200 kilómetros y se necesitan repetidores que vuelven inseguras las comunicaciones. Se necesitan satélites para asegurar las comunicaciones y, sin la distribución de claves cuánticas, estas transferencias no se pueden hacer de forma segura", ejemplifica Jaume Sanpera, consejero delegado de Sateliot, una de las compañías que ha participado en el lanzamiento del primer nanosatélite de la denominada NASA catalana.

Instalaciones de la supercomputadora del 'Barcelona Supercomputing Center' (BSC), donde se reducirá el consumo en las transacciones de criptomonedas / EUROPA PRESS

Pasos modestos

Aunque, de nuevo, vuelven a posponer la llegada de este nuevo formato de telecomunicaciones. "La red de comunicaciones seguras no está muy lejos, pongamos a cinco años vista. Pero los dispositivos no se prevé que lleguen hasta dentro de diez años", señala Pol Forn, investigador líder en cuántica en el IFAE.

La tarea concreta de los investigadores consistirá en la creación y diseño de puertos de entrada y salida cuánticos, muy lejos del escenario de la electrónica de gran consumo. Se trata de dar un paso modesto hacia la consecunción integral de esta tecnología.

Sin fecha de inicio

En total, los ocho proyectos de I+D del Govern suman un presupuesto de 120 millones de euros, aunque la consejería no ha desgranado qué montante se asignará a cada uno de ellos. En principio, estas cantidades deberían satisfacerse con los fondos Next Generation a partes iguales entre el Estado y la Generalitat, al igual que ocurre con otros programas vinculados con los fondos comunitarios FEDER.

Desde el Ministerio de Ciencia e Innovación apuntan que estos recursos se incardinarán en los llamados planes complementarios con CCAA, aunque tampoco han puesto fecha a su despliegue. En el caso del Internet cuántico, el plan del Ejecutivo catalán se adecúa a una de los ocho áreas estratégicas identificadas por el Departamento dirigido por Pedro Duque, la de la computación cuántica.

Pugna por los fondos

Aunque la propuesta de la autonomía catalana no pasará el filtro sin más, sino que deberá competir con los pliegos del resto de regiones para hacerse con parte de los 282 millones de la herramienta del Gobierno. En esta pugna, Cataluña se guarda algunos ases en la manga.

El primero es que la comunidad cuenta ya con QuantumCat, que en 2019 ya recibió una inyección de dos millones de euros por un periodo trianual (2018-2021) por parte de RIS3CAT, una estrategia de investigación pública de la Generalitat para iniciativas de elevada especialización.

Pedro Duque durante la entrevista con 'Crónica Global' / CG

Financiación alternativa

Por otro lado, el ecosistema cuántico local lleva años en desarrollo, como demuestra el hecho de que el ICFO tenga equipos reconocidos internacionalmente. Este adelantamiento podría inclinar la balanza del lado del Govern, aunque los promotores no descartan acudir a otras convocatorias europeas.

"De lo que estamos seguros es de que Europa está estableciendo estas tecnologías como una prioridad y que, por tanto, habrá nuevos fondos a través de la siguiente fase de Quantum Flagship, o bien OpenQKD, Quantera o EuroQCI, por citar algunos", explica Mitchell. Una carrera de alcance continental en la que Cataluña no quiere quedarse atrás.