Proyecto de Misiones Católicas en Tánger, de Antoni Gaudí (1893)

Proyecto de Misiones Católicas en Tánger, de Antoni Gaudí (1893) Torii, Tokutoshi (1983). El mundo enigmático de Gaudí. Instituto de España, Madrid.

Creación

El Gaudí más integrador

El libro ‘Gaudí en Tánger’ analiza el encargo recibido por el arquitecto modernista de levantar una sede para las misiones católicas franciscanas en Tánger que se integrase en su entorno musulmán

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Antoni Gaudí llevaba ya un tiempo ejerciendo como arquitecto cuando en 1892 recibió un encargo de “enorme” complejidad: levantar un conjunto compuesto por iglesia, convento, hospital y escuela, para la Orden Franciscana en la ciudad de Tánger, en Marruecos, entonces colonia española.

La iniciativa partió del prefecto de la misión, el padre José María Lerchundi, pero Gaudí recibió el encargo directamente del segundo marqués de Comillas, Claudio López Bru, para quien ya había construido en Barcelona el pabellón universal de la compañía naviera Transatlántica, en 1888, así como el Palau Güell, para su suegro, Eusebio Güell.

Tanto el marqués de Comillas como el ministro de estado para Marruecos, Salvador Moret, deseaban fortalecer la presencia de España en el norte de África, donde la naviera Transatlántica controlaba buena parte del tráfico marítimo y el país rivalizaba con el poder político de Francia y Alemania.

A pesar de su magnitud y complejidad —algunos lo consideran el precursor de la Sagrada Familia— el proyecto de las Misiones franciscanas en Tánger no llegó nunca a realizarse por motivos diplomáticos. Y la mayoría de los dibujos, planos y secciones elaborados por Gaudí se quemaron durante la Guerra Civil.

La única documentación que se conserva es una fotografía del alzado de la fachada principal y un esquema de planta del edificio dibujados por el arquitecto que, años más tarde, han servido a la historiadora del arte Concepció Peig Ginabreda y el arquitecto Manuel Arenas Vidal para llevar a cabo Gaudí en Tánger (Editorial Base, 2025). Es un exhaustivo estudio sobre el proyecto tangerino que más tarde inspiraría al arquitecto para alzar el templo de la Sagrada Familia.

'Gaudí en Tánger. Proyecto de las misiones católicas de África (1892-1893)', Editorial Base

'Gaudí en Tánger. Proyecto de las misiones católicas de África (1892-1893)', Editorial Base

“Gaudí lo consideraba la obra de su vida”, explicó Peig en la presentación del libro en la librería del Colegio Oficial de Arquitectos de Catalunya, COAC, el pasado 13 de marzo. Prueba de ello es que, en 1892, cuando el señor Mariano Andrés, uno de los dos propietarios de la Casa Botines de León, le pidió a Gaudí una fotografía suya para colgar en el vestíbulo principal del imponente edificio de siete plantas que le habían encargado levantar en el centro de la ciudad.

Gaudí optó por enviarle una fotografía/postal del proyecto original de la fachada de Tánger, “como si fuera su carta de presentación”, explicó Peig. La fotografía se recuperó en 1956 gracias a las investigaciones del historiador estadounidense George Colin en el archivo familiar de Mariano Andrés, en León, y hoy pertenece a la Asociación Amics de Gaudí.

“El dibujo original del proyecto estuvo colgado en el taller de la Sagrada Familia hasta 1924, dos años antes de la muerte de Gaudí, cuando ya estaba plenamente dedicado a la construcción del templo”, explicó Peig. “La Sagrada Familia depende totalmente del proyecto tangerí”, constató.

El libro tiene dos líneas, que van trenzándose a lo largo de las páginas: por un lado, el discurso donde se explica el porqué de las formas arquitectónicas utilizadas por el arquitecto modernista; y por otro, los dibujos del edificio y de sus formas arquitectónicas proyectados por Manuel Arenas. “Para pensar sobre un edificio, hay que dibujarlo”, dijo el arquitecto e investigador vinculado a la UIC.

Según los autores, el libro saca a la luz un proyecto que contiene soluciones totalmente innovadoras que, si bien Gaudí no pudo llegar a construir, constituye un precedente único y revelador de su futura obra y de su forma de crear. Los trabajos realizados por Gaudí en este proyecto de Tánger fueron aprovechados o adaptados en obras posteriores como en la iglesia y cripta Colonia Güell proyectada entre 1898-1908 o el templo expiatorio de la Sagrada Familia, entre otros.

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“La base fundamental de nuestro libro fue el estudio en profundidad del dietario de juventud de Gaudí, Manuscrito de Reus, que escribió entre 1878 y 1879, cuando ya había acabado la carrera”, comentó Peig. Es allí donde Gaudí expuso su “método razonado”, es decir, los aspectos que todo arquitecto debía tener en cuenta a la hora de abordar un proyecto y su ejecución.

“Gaudí tenía unas ideas forjadas muy claras de cómo se tenía que proyectar y ejecutar un proyecto”, dijo Peig, contradiciendo las creencias de que Gaudí fue un arquitecto intuitivo. Algunos de estos elementos básicos incluían sus particulares entradas en forma de anexo —“Gaudí transformó la idea de pórtico” —las torres parabólicas, el uso de calados y ventanas en diagonal para el control del calor y la ventilación, o la presencia de miradores, “piezas clave de la arquitectura gaudiniana y mediterránea, que permiten contemplar la vista, pero también el edificio”, aclaró.

Los miradores, así como las formas parabólicas, no faltaron en el proyecto de las misiones católicas franciscanas en Tánger, un encargo que venía marcado por exigencias muy concretas. La primera, tenía que servir para atender a los centenares de feligreses que se habían asentado en Tánger en los últimos años y que la pequeña parroquia franciscana no podía atender. “Tánger se había convertido en la capital diplomática de Marruecos, los países abrían allí sus embajadas, cada uno con sus ambiciones, y se fue creando una ciudad europea”, explicó Peig.

Empujada por el auge económico y social, Tánger ofrecía una oportunidad para la creación de escuelas católicas y la expansión misionera, como las Misiones Franciscanas, lideradas entonces por el perfecto José Mª Lerchundi. “La entidad regentaba escuelas, talleres profesionales, incluso una biblioteca árabe-español (Lerchundi fue pionero en escribir un diccionario español-árabe)… El primer hospital y escuela de Medicina de Marruecos fueron impulsados por Lerchundi”, explicó la historiadora.

España, que intentaba ganar posición de poder frente a Alemania y Francia, apostó por convertirse en la “autoridad espiritual” del norte de África, y decidió que se aprovecharía de la labor de las Misiones Franciscanas y construiría la primera catedral católica del norte de África.

Gaudí, por vía de Claudio López Bru, recibió un encargo sin precedentes: proyectar un conjunto arquitectónico que no solo tenía que albergar la sede de las misiones franciscanas y futura catedral, sino que tenía que dar una imagen poderosa de España en Marruecos y estar conectado con el entorno islámico. “Que pudiera dialogar con él, sin entrar en conflicto con la cultura musulmana, y que no fuera considerado alieno al territorio”, aclaró Peig.

Una de las primeras cosas que tuvo claro Gaudí era que renunciaría al estilo neomudéjar, neoárabe, que se había extendido por la arquitectura colonial ciudad, como en el edificio de Correos español o la Embajada Alemana, y que no dejaban de ser un “pastiche” en el conjunto arquitectónico de la ciudad.

“Era una arquitectura que consideraba “epidérmica”, que no servía para dar buenas soluciones arquitectónicas”, aclaró Peig.

Para acatar las exigencias, Gaudí optó por proyectar construcciones de carácter multifuncional, que no obedecían a ninguna de las existentes hasta ahora, y a estudiar en profundidad el entorno e idiosincrasia de la ciudad y el norte del Marruecos. “Creó un programa plástico de inculturación, que no presentaba conflicto alguno entre las dos culturas, la cristiana y la musulmana”.

En esta línea, Gaudí optó un lenguaje ornamental abstracto, sin vocabulario que supusiera una confrontación con el entorno. También optó por los juegos de luz, mediante cubiertas-cúpula, arcos catenarios y formas parabólicas, que ahora no solo aplicaba a torres y torreones, sino la estructura entera del edificio. “El proceso de individualización que Gaudí desarrolló en este proyecto dio luz a una nueva arquitectura que, sin perder su identidad, podía estar en armonía con el lugar donde se había de construir”, concluyó.