"No me pidáis que esta narración siga el fluir del tiempo. ¿Existe el tiempo? ¿Acaso no suceden todas las cosas en el ahora, en un mismo y continuo ahora?". No son palabras extraídas de un texto sagrado budista, sino del primer libro de Ramon Carreras Juanico (Barcelona, 1955), reconocido esquiador y montañista catalán, presidente de la Federació Catalana d’Esports d’Hivern (FCEH) durante 16 años.
Bajo el título Libertad en los Apalaches, meditaciones de nieve zen (Círculo Rojo, 2023), Carreras reflexiona sobre la relación entre naturaleza, esquí, deporte y espiritualidad. "Siempre he deambulado inquietamente, curioseando, contraponiendo, investigando, indagando, buscando las similitudes y el sentido. ¡Son tantas las preguntas y las experiencias que deseo formular y transmitir!", escribe.
Peregrinación con seis monjes budistas
Fue en la primavera de 2018, al emprender una peregrinación a pie junto a un grupo de seis monjes budistas atravesando el tercio central de los Apalaches, en la costa este de los Estados Unidos, que el autor sintió finalmente el impulso de poner por escrito en un libro todas estas preguntas y experiencias vitales. "Los monjes no paraban de insistir en que escribiera un libro sobre la conexión entre el esquí y la meditación", se ríe Carreras en una entrevista con su editora en Instagram.
Publicado el pasado julio, Libertad en los Apalaches es una mezcla de dietario personal, libro de autoayuda y poesía que nace de la necesidad de conectar cuatro conceptos a priori tan opuestos como deporte y espiritualidad, esquí y mindfulness (que él mismo traduce como "consciencia plena").
‘L'avi’ Quim ya meditaba
"En este libro muestro mi manera de ser, mis vivencias, mis experiencias más personales". detalla Carreras, que lleva escribiendo desde que tiene 16 años. Su interés por la espiritualidad y las religiones del mundo le viene de su abuelo paterno, l’avi Quim, "un hombre alto, fuerte y resistente", escribe, que se levantaba de madrugada para ir a trabajar al huerto. Sobre las nueve de la mañana se detenía, se sentaba bajo un árbol durante una hora para desayunar y, mientras permanecía sentado, "oraba, rezaba", a pesar de no ser católico. Le explicaba que durante sus oraciones podía moverse a cualquier parte, como si viajara en globo. "No necesitaba ir a ninguna parte, podía estar en todas sin moverse de su lugar de oración. Mi abuelo meditaba", escribe Carreras.
Su pasión por el esquí también le viene de familia, que cuenta con varios deportistas de élite. "El esquí y la meditación llevan en mí toda la vida", dice.
Aunque llevaba tiempo dando vueltas a la idea de escribir un libro, su experiencia vital de dos meses cruzando la cordillera de los Apalaches junto a los monjes de Plum Village, el templo del maestro Thich Nhat Hanh, fue decisiva para estructurar sus pensamientos y reflexiones. La rutina de esa travesía, a ratos dura, consistía en seguir el horario del sol: se levantaban a las seis de la mañana, meditaban, desayunaban, practicaban chi kung, compartían sensaciones y después caminaban en silencio hasta las cinco o seis de la tarde. Después de cenar, se retiraban cada uno a su hamaca a meditar, a veces hasta 12 horas seguidas. "El bosque se convertía en nuestro templo ambulante, mañana a mañana, permitiendo que morásemos en él durante todo el día. La montaña es mi templo, mi lugar de oración, el espacio donde puedo contactar conmigo mismo y con todo el universo", escribe Carreras.
Organiza retiros de meditación y esquí
Residente en La Cerdanya desde hace muchos años, Carreras regenta un negocio de hostelería y ha organizado retiros de meditación y esquí. Tiene tres hijas y se ocupa de sus nietos y nietas, pero siempre encuentra tiempo para practicar sus deportes favoritos: montañismo, ciclismo y esquí, por supuesto.
"Ahora sabemos que este deporte agrupa muchos elementos de espiritualidad: la fusión con el entorno, el arrobamiento ante el paisaje, la concentración, la presencia, la necesidad de estar aquí y ahora, la percepción de los demás, el respeto… respirar, respirar y respirar", escribe, recordando que la respiración es clave tanto en la meditación como en la práctica de un deporte. "Para mí el esquí es meditación. Esquí y presencia. Espiritualidad, si se prefiere. ¿Confiaréis en mí?", sugiere.