John Berger: un intelectual inabarcable en rojo permanente
La exposición ‘Permanent Red’, hasta el próximo 15 de octubre en La Virreina de Barcelona, ahonda en el compromiso ideológico, político y social del autor británico
2 septiembre, 2023 23:30Resulta abrumador explorar las numerosas ramificaciones en la extensa obra de John Berger (Londres, 1926-París, 2017). Una suerte de crónica incisiva de la sociedad de la época desde su punto de vista estético y bajo el prisma de su ideología política. Él mismo se definía como “un contador de historias” y lo hacía desde diferentes ámbitos creativos. El ganador del Booker Prize por G., una de sus grandes novelas, fue un narrador excepcional. Escritor, ensayista y poeta, pero también crítico de arte, guionista cinematográfico y televisivo o pintor, sus intereses no entendían de límites. Tanto su biografía como su ecléctica trayectoria profesional siguen siendo desafiantes en un mundo en el que encontrar referentes inspiradores es casi un trabajo de arqueología.
Comisariada por Valentín Roma, Permanent Red, en La Virreina de Barcelona hasta el 15 de octubre, explora la complejidad política en la gran diversidad narrativa de su obra. Collages, cerca de un centenar de dibujos que nunca se han enseñado públicamente; los libros conjuntos de Berger y el fotógrafo Jean Mohr y una selección de los programas televisivos para la BBC conforman una de las muestras más extensas dedicadas a su figura hasta la fecha. Esta exposición monográfica "intenta recuperar el papel que, en diferentes momentos, tuvieron las ideologías de cada época respecto a la trayectoria de Berger y cómo afrontó las encrucijadas políticas de cada momento", afirma el comisario.
Una declaración de intenciones
Se definía como un "escritor revolucionario". Aunque nunca militó en el Partido Comunista siempre se mantuvo próximo a sus círculos intelectuales. Su pensamiento político fluye en paralelo a Ern Brooks, Gerald Marks, Reg Turner y Barbara Niven, todos ellos miembros del Artists’ Group of the Communist Party. Igualmente, su genealogía ideológica pasa por Max Raphael y Walter Benjamin.
Para Berger, el arte no era una mera cuestión ornamental, sino una herramienta capaz de agitar conciencias, un instrumento de análisis. El título de la exposición toma el nombre del libro homónimo, publicado en 1960, en el que el autor británico recopiló una selección de críticas de arte para la revista marxista New Statesman. Desde las páginas del magacín reivindica una nueva forma de mirar el universo artístico. No fue la única publicación de tinte comunista en la que colaboró. Modern Quarterly, Marxism Today, World News y la socialista Tribune, con George Orwell como editor, contaban habitualmente con su firma. "Era una voz reconocible dentro del arte marxista", apunta Roma. Permanent Red es consecuentemente toda una declaración de intenciones, una crítica al arte imperante que consideraba conservador, burgués, formalista, mercantilista, servil con el capitalismo.
Permanentemente rojo
Pero esta alusión cromática a su ideología, permanentemente rojo, impregna todos y cada uno de los ámbitos que abordó a lo largo de su trayectoria. Y bajo ese prisma que atiende a factores ideológicos, éticos y morales se debe analizar la obra de este intelectual, divulgador y agitador cultural. Ya sean los programas de televisión que, bajo el título About Time, realizó junto a Mike Dibb en los que trataba temas como el consumismo imperante o la objetualización de la mujer en el arte; los legendarios capítulos televisivos de Ways of Seeing para la BBC que transformaron completamente la manera de ver el arte frente a la mirada canónica del historiador Kenneth Clark; también sus ilustraciones y dibujos; sus trabajos como guionista, principalmente junto al cineasta Alain Tanner, del que nacieron títulos tan reveladores como el documental Une ville à Chandigarb (1966) sobre el famoso proyecto urbano de Le Corbusier en la India o su estrecha colaboración, durante más de cuatro décadas, con el fotógrafo Jean Mohr que dio lugar a libros tan significativos en su bibliografía como A Fortunate Man, 1967; A Seventh Man, 1975 y Another Way of Telling de 1982.
Sontag vs. Berger: un brillante cara a cara
Hacia el final del recorrido se encuentra la proyección del encuentro televisivo entre Susan Sontag y John Berger. Una conversación, dice Roma, "casi mitológica" para la televisión británica emitida en el año 1984. Como espectador nos encontramos ante un brillante ejercicio de lo que debería ser un buen debate, esto es: un respetuoso, razonado, estimulante y enriquecedor intercambio de ideas. Al margen de esta consideración, esta entrega de Voices, así se titulaba el programa, trataba sobre su experiencia literaria, sobre cómo afrontaban el oficio de contar historias o cómo influían la realidad y la ficción en la construcción de las mismas. En esto, como en casi todos los temas abordados, sus puntos de vista son dispares. Mientras que para Berger los relatos ya existentes resultan fundamentales en su proceso creativo, la neoyorquina, en cambio, no necesita un punto de partida en otras historias para crear las suyas. Hay algo en lo que sí estuvieron de acuerdo, en la premisa de que todo autor "muere" cuando encuentra un lector, porque entonces debe empezar de nuevo. Debe volver a escribir partiendo de cero.
Permanent Red es una magnífica y reveladora exposición cuyo contenido nos sitúa en un espacio reflexivo necesario para enfrentarnos a la realidad en la que vivimos.